Los perros y los gatos son lindos, juguetones, adorables… y a veces extremadamente asquerosos. Además de comer caca y lamerse el trasero, una de las cosas más extrañas que pueden hacer estas mascotas es arrastrar el trasero contra el suelo.
Por Infobae
Pero, ¿por qué los perros y los gatos hacen este movimiento? “Las mascotas se frotan el trasero en el piso simplemente porque es la forma más fácil de rascarse”, dijo a la revista Live Science José Arce, presidente de la Asociación Americana de Medicina Veterinaria. Al igual que los humanos, las mascotas a veces tienen picazón en partes aleatorias de sus cuerpos. Y cuando el trasero de una mascota le pica, arrastrarlo por el suelo es la forma más fácil de rascarlo.
A veces, la picazón y el posterior movimiento de glúteos son algo único. Otras veces, particularmente cuando ocurre con más frecuencia, mover el trasero puede ser una señal de que tu gato o perro está experimentando un problema médico. “Es un poco humorístico; parece que están bailando. Pero en realidad significa que están irritados”, sostuvo Arce.
Un factor desencadenante del movimiento de glúteos son los sacos anales irritados. Los sacos anales son dos glándulas pequeñas a ambos lados de la abertura anal de un gato o un perro. Los expertos no están completamente seguros de cuál es su propósito, dijo el especialista, pero algunas ideas son que el líquido maloliente que liberan las glándulas lubrica y perfuma sus heces, marca territorio o atrae a una pareja. En los perros, es relativamente común que los sacos se infecten o bloqueen, aunque menos en los gatos. Un animal afectado puede moverse a tope debido a la irritación, lo que podría dejar heces o sangre.
Cuando están completamente bloqueados, los sacos anales pueden hincharse y eventualmente pueden explotar. Lo mejor es llevar a tu mascota al veterinario antes de que esto suceda para que pueda exprimir las glándulas anales, eliminar el bloqueo y terminar con la irritación y el dolor de trasero.
Otra causa común de los glúteos son los parásitos intestinales. Las mascotas no pueden sentir los parásitos en la mayor parte de sus intestinos, pero pueden sentirlos retorciéndose cerca del ano. Cualquier tipo de parásito intestinal puede causar picazón y escozor en los glúteos, pero Arce ha descubierto que es especialmente común con los anquilostomas y las tenias. Si una mascota tiene una infección parasitaria, los veterinarios pueden diagnosticarla con una prueba fecal y proporcionarle un tratamiento antiparasitario.
Las alergias y las pulgas también pueden causar irritación que lleva a que se le peguen los glúteos. En estos casos, la mascota suele rascarse también otras partes de su cuerpo, como las orejas. Y después del aseo, un perro puede moverse temporalmente porque su tejido recién cortado es sensible.
Pero mover el trasero también puede ser un signo de un problema mayor, como un tumor en el saco anal. Esto es raro en los gatos, pero ocurre, según Arce. Puede ocurrir en cualquier raza de perro, pero es más común en los perros de aguas.
Si su perro o gato se frota el trasero más de vez en cuando, Arce recomienda llevarlo al veterinario pronto para diagnosticar y tratar el problema. Además, mientras que una persona probablemente dejará de rascarse si comienza a lastimarse, es posible que un animal no, e incluso podría deslizarse hasta ulcerarse la piel. “Puedes pensar que mover el trasero es divertido, pero es una señal de incomodidad. Si se repite, consulte a un veterinario, porque podemos diagnosticar el problema con bastante rapidez y facilidad”, concluyó.