El sacerdote terapeuta francés Tony Anatrella, de 81 años, sancionado por la Iglesia por abusar de seminaristas y otros pacientes a quienes trataba con la que había llamado terapia de la conversión destinada a eliminar su homosexualidad está estos días en el Vaticano para asistir a un simposio de tres días sobre el sacerdocio.
La noticia fue difundida por el sacerdote dominicano Philippe Lefevre, que desde hace años lucha contra los abusos sexuales en la Iglesia, y confirmada después por los periodistas de medios católicos franceses de La Croix y de agencia de noticias I Media.
La Croix explicó que Anatrella estaba en la lista de cientos de participantes y que el sacerdote almorzó el jueves junto con otros en el comedor de la residencia Santa Marta, donde vive el papa Francisco.
La noticia ha causado gran impacto e indignación entre las víctimas de abusos por parte del clero.
El simposio en el que participaban importantes cardenales de la Curia vaticana y en el que se tratarían temas como la lacra de la pederastia, el celibato y oros temas, había comenzado con la fuerte petición de perdón a los supervivientes de estos crímenes por el prefecto de la Congregación para los obispos, el organizador del evento, el cardenal Marc Armand Ouellet.
A Anatrella, de 81 años, se le había prohibió el ejercicio público en 2018, pero no se le había expulsado del sacerdocio, después de que una investigación de la Iglesia descubriera que abusó de los seminaristas adultos que estaba tratando en la llamada terapia de conversión destinada a suprimir su homosexualidad.
Según el diario “Il Messaggero”, el sacerdote está siendo aún investigado por la Congregación de la Fe por haber abusado sexualmente de otros cinco de sus pacientes.
El diario romano recoge las declaraciones del cardenal Marc Ouellet que ante la petición de explicaciones sobre la presencia del sacerdote francés afirmaba que “no importan las inscripciones”.
Anatrella fue en el pasado consultor de varios dicasterios (ministerios) del Vaticano y puso en marcha cursos de psicoterapia en los que pretendía tratar la homosexualidad.
En julio de 2018 una investigación ordenada por el entonces arzobispo de París Michel Aupetit a su vicario general, Eric de Moulins Beaufort, actual presidente de la conferencia episcopal francesa, concluyó que las acusaciones de abusos a sus pacientes eran fundadas y se decidió la prohibición de ejercer la función de psicoterapeuta de celebrar los sacramentos, de asistir a actos públicos sin el acuerdo previo del arzobispo.
Entre las nuevas denuncias sobre el comportamiento de Anatrella se encuentra la de un antiguo paciente y después colaborador del sacerdote que actualmente tiene 54 años y que denunció que cuando tenía de 14 años, el cura le masturbó durante una de las sesiones de terapia a la que le había llevado su madre por sus problemas con el alcohol, según desveló La Croix.
EFE