La realidad de centenares de familias zulianas es la desaparición del consumo de carnes. La razón: el alza desmesurada de la proteína. Un kilo de carne de primera se ubicó en 32 Bs o su equivalente a 6,5 dólares.
Por Corresponsalía La Patilla
Josefina Álvarez dijo que para ella y su núcleo familiar de cuatro integrantes, es difícil, por no decir imposible, consumir carne a diario.
“Los cobres no dan, no alcanzan. Cuando mucho comemos carne una vez por semana, y es la molida la más barata, porque la trituran con los cueros para rendir”, señaló.
En un recorrido de La Patilla por algunas carnicerías de Maracaibo, se pudo constatar que el costo de la carne de segunda oscila entre los 24 Bs y 27 Bs, que incluye la carne molida, para guisar y mechar. La última vez que el régimen habló del precio de venta al público de la carne, se ubicó en 3,5 dólares, pero la realidad del zuliano es otra.
Para comprar un kilo de carne de segunda necesitan 5 dólares, y en promedio los marabinos perciben como salario semanal 20 dólares o 100 Bs, lo que aleja la posibilidad de consumir la proteína a diario.
“Mucha gente se pregunta por qué ahora la gente se enferma tanto, y es porque no comemos bien, no podemos consumir casi carne ni pollo ni verduras. Solo harinas y refrescos que son más baratos y llenan. Ahora hacemos es arroz con huevo o con olor a verduras”, dijo Laura Mesa.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) un adulto debe consumirse diariamente entre 0,8 gramos y un gramo de proteína por cada kilogramo de peso para que una persona sea sana. Estas recomendaciones nutricionales no pueden ser cumplida por centenares de marabinos.
Los encargados o dueños de carnicerías, que prefieren resguardar su identidad, aseguran que en 3,5 dólares ni siquiera es el costo de la carne a puerta de corral. Aseguran que tienen gastos de empleados, servicios y otros, y que no venderán para perder.
Lo cierto es que los más afectados son los consumidores que no pueden adquirir los alimentos esenciales por la pérdida de poder adquisitivo.
Lila Díaz comentó que da rabia trabajar tanto y no puede comer bien. Recordó que hasta hace seis años atrás hasta en la cena podía comer carne. Ahora hay semanas, quincenas y meses que ni una vez puede servir en su mesa algún tipo de carne.
“El lomo de aguja, punta trasera o entrecano, eso solo lo comen aquí los enchufados, que tienen 8 dólares para un kilo de carne. Y muchos ni eso nos ganamos al mes. Así nos puso Maduro: peor que Cuba pasando hambre y penurias. Ahora aquí la moda es lentejas y frijoles”, acotó.
La nutricionista Miriam Villalobos dijo que el consumo de proteína es indispensable para todas las células del cuerpo. “Las necesitan desde las uñas hasta el cerebro”. Lamentó que la realidad de los venezolanos, en general, hasta de los que tienen un título universitario, es que no pueden alimentarse bien, porque sus ingresos no le permiten llevar una dieta balanceada.