Son los pantalones más antiguos del mundo y encierran una historia increíble

Son los pantalones más antiguos del mundo y encierran una historia increíble

Fabricados en lana, se usaban especialmente para montar a caballo (Archaeological Research in Asia)

 

Los pantalones conocidos más antiguos del mundo fueron encontrados en 2014 en la cuenca del Tarim, un importante río de Asia Central situado entre las cadenas montañosas de Tian Shan y Kunlun y cercano al segundo desierto de dunas de arena más grande del mundo, el de Taklamakán.

Por: Clarín

Era una prenda de hace alrededor de 3.300 años, con un diseño sorprendente moderno y con un corte ajustado a las piernas y a la cadera.

Fabricados en lana, se usaban especialmente para montar a caballo, ya que lo habitual entonces entre las tribus nómadas que ocupaban ese punto del planeta eran las faldas y las capas.

Los dos pantalones encontrados en una tumba del cementerio Yanghai, cerca de la ciudad oasis de Turfán, en la región autónoma de Sinkiang, pertenecían a unos pastores de unos 40 años.

Tienen 3.300 años de antigüedad

Investigadores del Instituto Arqueológico Alemán han analizado los ropajes en el laboratorio y han descubierto que esas ropas cambiaron totalmente la moda prehistórica a través de su hábil combinación de técnicas de tejido y patrones decorativos, según explican en un artículo publicado en la revista Archaeological Research in Asia.

Los pastores y jinetes de la cuenca del Tarim fueron pioneros creando un producto que se acabó extendiendo por todo el continente asiático, según revelan los arqueólogos.

Uno de los esqueletos, ahora conocido como Hombre de Turfan, presentaba un atuendo excepcional. Además del pantalón vestía un poncho ceñido a la cintura, un par de bandas trenzadas para sujetar las perneras del pantalón por debajo de las rodillas, otro par para sujetar las botas de suave cuero en los tobillos y una diadema de lana con cuatro discos de bronce y dos conchas marinas.

A su lado, una brida de cuero, un bocado de caballo y un hacha de batalla mostraban que había sido un guerrero a caballo.

La pieza más especial eran, aún así, sus pantalones, formados por tres piezas cosidas de lana, una para cada pernera y otra para la entrepierna. Su diseño incluye aberturas laterales, cadenas de sujeción en la cintura y motivos decorativos en las rodillas. Su refuerzo en las ingles proporcionaban una protección para largos viajes, aunque debían ser incómodos para caminar.

En unos pocos cientos de años, aseguran los especialistas, varios grupos nómadas en toda Eurasia comenzaron a usar este tipo de ropa, coincidiendo con la aparición de los ejércitos que disponían de una sección de caballería. Incluso los vaqueros y pantalones de vestir actuales usan los principios de diseño y producción de esos antiguos ropajes.

El análisis de las prendas del cementerio de Yanghai, en plena Ruta de la Seda, reveló que se usaron varias técnicas. Gran parte del pantalón es un tejido con ligamento de sarga, una gran innovación en la historia textil porque consigue un producto de lana duradero, flexible y resistente.

Los tejedores combinaron la sarga con otros métodos y diseños innovadores para crear una ropa de montar de alta calidad. En las rodillas se usó un tejido de tapiz para producir una tela más gruesa y protectora. Y, en el borde superior, se usó una tercera técnica para crear una correa gruesa con hebilla.

Otra característica de estos pantalones es que incluían un sistema de trenzado inusual, en el que dos hilos de trama de diferentes colores se enroscaban a mano y se ataban a través de hilos de urdimbre, creando un patrón geométrico decorativo en las rodillas. El mismo método de entrelazado produjo rayas en zigzag en los tobillos y las pantorrillas.

Ese mismo patrón entrelazado que decora los pantalones del Hombre de Turfan aparece en vasijas de bronce encontradas en lo que ahora es China y que datan también de hace unos 3.300 años. Esas innovaciones coinciden en el tiempo con la llegada a la región de pastores de las praderas de Eurasia occidental montados en caballos que domesticaron hace más de 4.200 años.

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