Hace ya años que la extraña forma de caminar de Putin llamó la atención en el mundo de la neurología.
Por 20minutos.es
El patrón de movimiento es excepcional: una marcha firme, segura, con el brazo izquierdo oscilante de manera natural pero el brazo derecho permanece estático, totalmente pegado al cuerpo.
Siendo esta postura bastante atípica al andar. El balanceo de ambos brazos en la marcha es propio de los seres humanos y algunos mamíferos, ya que la función principal de este movimiento es el de mantener el tronco equilibrado.
Por tanto, lo primero que pensaron los investigadores de la Universidad de Radboud (en Holanda) fue que Putin podía padecer algún tipo de enfermedad, como un Parkinson incipiente, cuyas características iniciales son compatibles con esta asimetría en el caminar.
Lo descartaron enseguida al comprobar que no solo Putin ejecutaba este tipo de marcha, también lo hacían otros dirigentes rusos, pero…
¿Qué tenían en común?
Todos ellos habían recibido una férrea instrucción militar, eran diestros y tenían muy interiorizado este peculiar gesto, visible por las numerosas apariciones públicas en las que fueron grabados de tal modo.
Los investigadores descubrieron un antiguo manual de entrenamiento de la KGB, el cuál obligaba a que los soldados soviéticos siempre marcharan con el arma pegada al cuerpo, en el lado derecho (o dominante) y que su brazo siempre cubriera esta arma con la doble función de protegerla y también de poder utilizarla rápidamente en caso de amenaza.
Los autores lo bautizaron oficialmente como ‘el andar de pistolero‘. Parece que este adiestramiento militar ha desembocado en una costumbre adquirida y aunque no porte un arma (o eso espero) su cuerpo mantiene esta postura en el caminar habitual.