Comienza el vigesimoséptimo día de invasión rusa de Ucrania con las posiciones rusas aparentemente estancadas, mientras el gobierno ucraniano destaca que su ejército está consiguiendo frenar la ofensiva rusa, condicionada además por la falta de provisiones y combustible.
Según el último parte de guerra del Ministerio de Defensa de Ucrania emitido en el comienzo del vigesimoséptimo día de invasión, “no se han notado cambios significativos en la posición y naturaleza de las acciones de las fuerzas de defensa durante el último día”.
Incluso, dice el parte, “las fuerzas de ocupación rusas que operan en Ucrania tienen reservas de municiones y alimentos para no más de tres días. La situación es similar con el combustible, que se repone con camiones cisterna”.
Lo que sí se ha observado, según Ucrania, son “más acciones activas de aviones enemigos en las últimas 24 horas”, pero también actos de desobediencia civil porque “una gran parte de la población no apoya la política de los ocupantes y no tiene deseos de tomar las armas “.
Estos son los últimos acontecimientos en el comienzo del vigesimoséptimo día de invasión:
Ucrania continúa “repeliendo” los intentos de Rusia por ocupar la ciudad de Mariúpol: el último parte de inteligencia militar publicado este martes por el ministerio de Defensa del Reino Unido afirma que “pese a los intensos combates, las fuerzas ucranianas continúan repeliendo los intentos rusos de ocupar el sur de la ciudad de Mariúpol”. También indica que “las fuerzas rusas de otros lugares de Ucrania han soportado otro día de progresos limitados con la mayoría de sus fuerzas estancadas”.
Ucrania acusa a Rusia de genocidio en la ciudad de Mariúpol: El ministro de Defensa ucraniano, Oleksii Reznikov, acusó a Rusia de estar cometiendo un “auténtico acto de genocidio contra la ciudad ucraniana de Mariúpol”, tras reunirse en Londres con su homólogo británico, Ben Wallace. Durante una rueda de prensa conjunta, Reznikov declaró que desde hace tres semanas “400.000 ciudadanos se vieron rodeados sin agua, comida y casi sin conexiones”.
El político apuntó que, durante 25 días de contienda, el Ejército ruso mató a “150 niños ucranianos y destruyó más de 400 escuelas y guarderías”, así como 110 hospitales, y aniquilado a “miles y miles de civiles”.
Temores a los ciberataques: el presidente estadounidense, Joe Biden, ha alertado de que Rusia está “explorando opciones” para lanzar posibles ciberataques contra Estados Unidos, y pidió al sector privado del país que actúe urgentemente para reforzar sus defensas.
Estados Unidos temía desde hace tiempo que Rusia pudiera responder con ciberataques a las sanciones que ha impuesto a Moscú por su invasión de Ucrania, y este lunes aseguró que ha detectado “actividad preparatoria” en ese sentido.
“Tenemos información de inteligencia en evolución que indica que Rusia está explorando opciones para potenciales ciberataques”, dijo Biden en un comunicado.
Crímenes de guerra: el Pentágono informó este lunes de que está ayudando a recopilar pruebas de crímenes de guerra cometidos por Rusia en Ucrania, ante posibles procesos en el futuro para que los autores rindan cuentas ante la justicia.
El portavoz del Departamento de Defensa de EE.UU., John Kirby, destacó que el Pentágono está constatando “ataques indiscriminados contra civiles” ucranianos por parte de Rusia y subrayó que “en muchos casos” son intencionados.
Primera rotación de personal en Chernóbil: Ucrania ha completado la primera rotación de personal en la antigua planta nuclear de Chernóbil desde el inicio de la invasión rusa hace casi un mes, confirmó el OIEA, la agencia nuclear de la ONU.
De esta forma, casi dos centenares de técnicos y personal de seguridad de la planta pudieron volver a sus casas para descansar, señaló el director del Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA), Rafael Grossi.
Según la autoridad reguladora nuclear de Ucrania, la mitad del turno saliente del personal técnico abandonó el domingo el lugar del accidente nuclear de 1986 y el resto lo hizo hoy.
La UE explora más sanciones: Los ministros de Exteriores de la Unión Europea (UE) dieron el lunes su acuerdo político para financiar con otros 500 millones de euros armas para que Ucrania se defienda del invasor ruso, y decidieron seguir explorando nuevas sanciones contra Moscú que podrían afectar las exportaciones energéticas, en concreto de petróleo o carbón.
Preguntado por la posibilidad de que la UE adopte nuevas sanciones contra Rusia, más allá de las cuatro tandas de medidas restrictivas que han golpeado duramente a su economía y los círculos de poder, el alto representante para la política exterior de la UE, Josep Borrell, afirmó que “algunos Estados miembros han planteado cuestiones relacionadas con la energía”, pero subrayó que “hoy no era día de decisiones”.
“No es que uno, dos o tres estén a favor o en contra, se trata de conseguir una respuesta eficaz que no signifique un coste inasumible para los Estados miembros”, comentó. Varios países aludieron hoy a la posibilidad de vetar el comercio de petróleo o carbón ruso, mientras que el gas es una cuestión más delicada por la gran dependencia que tienen de ese carburante diferentes Estados miembros.
Sube otra vez el petróleo: El precio del barril de petróleo Brent para entrega en mayo terminó este lunes en el mercado de futuros de Londres en 115,62 dólares, un 7,41 % más que al finalizar la sesión anterior.
El crudo del mar del Norte, de referencia en Europa, concluyó la jornada en el International Exchange Futures con un incremento de 7,98 dólares respecto a la última negociación, cuando cerró en 107,64 dólares.
El Brent se disparó ante la posibilidad de que la Unión Europea sancione al sector petrolero ruso por la invasión de Ucrania, lo que aumentaría la presión sobre el suministro global de crudo.
Las consecuencias de la guerra llegan hasta las Kuriles: El primer ministro nipón, Fumio Kishida, consideró “extremadamente irracional y totalmente inaceptable” la decisión anunciada por Rusia de suspender las negociaciones de un tratado de paz a raíz de las sanciones impuestas por Tokio tras la invasión de Ucrania.
Ambos se disputan la soberanía de las Kuriles del Sur (llamadas Territorios del Norte en Japón), un grupo de cuatro islas del Pacífico norte que administraba Japón y que la Unión Soviética invadió nada más terminar la II Guerra Mundial.
Tras años de acercamientos, Tokio y Moscú se comprometieron en 2018 a firmar el tratado de paz, aunque después se aprobaría una enmienda a la Constitución de Rusia en 2020 que impide la transferencia de cualquier parte de su territorio. EFE