Las empresas privadas de seguridad ligadas a Putin están presentes en al menos 30 países en cuatro continentes. Hoy, el Reino Unido decidió ir contra sus activos. Cómo es su rol en Siria, Libia y Venezuela. Hoy, al menos 4 mil están distribuidos por Ucrania.
Así de acuerdo a información de infobae.com, el grupo Wagner, mercenarios al servicio del Kremlin que buscan a Zelensky para matarlo, estarían en Venezuela desde el 2017 alrededor de un centenar de ellos desplegados para “proteger” a Nicolás Maduro.
Los mercenarios son igualmente desplegados para proteger infraestructura energética clave o minas tanto para los países anfitriones como para empresas rusas, situación que se repite en Venezuela. Además tanto ellos como las organizaciones mediáticas ligadas a sus empresas ayudan a diseminar mensajes a favor de Rusia. En este caso, es particularmente famosa la ‘granja de trolls’ propiedad de Prigozhin, también sancionada por Estados Unidos.
De Ucrania a Venezuela
Ucrania fue el primer país en el que hicieron acto de presencia los mercenarios rusos. En la actualidad, por la invasión, se calcula que puede haber hasta 4 mil agentes del Grupo Wagner desplegados en todo el territorio. Cuatrocientos de ellos en Kiev. Antes de su papel central en el conflicto en la región de Donbás, todavía activo, ya estuvieron presentes en la anexión rusa de Crimea en marzo de 2014. Según el CSIS, en el momento álgido del conflicto entre los separatistas y las fuerzas ucranianas hubo entre 2.500 y 5.000 mercenarios rusos.
Su rol fue el de “desestabilizar y luego consolidar el control sobre Crimea y Donbás, lastrando y presionando a Kiev y sus aliados occidentales para que hicieran concesiones diplomáticas”, todo ello “negando cualquier implicación oficial rusa”, subrayan los expertos autores del informe. Pese a ello, la contienda ha terminado por convertirse en un “conflicto congelado” del que no obstante Rusia ha podido sacar algunas lecciones que aplicar en otros escenarios.
Siria ha sido uno de ellos. Aquí, los mercenarios rusos han sido claves a la hora de apuntalar al régimen de Bashar al Assad y de frenar los esfuerzos de Estados Unidos y sus aliados. Además, han sido cruciales en la toma de yacimientos de petróleo, refinerías, plantas de gas y otras infraestructuras que estaban en manos de los rebeldes.
Según CSIS, en este país ha llegado a haber hasta entre 1.000 y 3.000 mercenarios rusos de distintas firmas, incluido el Grupo Wagner, los cuales han tenido un papel cada vez más directo en las operaciones de combate del régimen sirio y a menudo sincronizado con las prioridades económicas de Moscú. Este país ha servido también como terreno de pruebas de un modelo de despliegue híbrido que incluye a fuerzas estatales y a mercenarios.
En el caso de Libia, el respaldo de los mercenarios no ha sido para el Gobierno reconocido por la comunidad internacional, sino para el general Jalifa Haftar, a cuyas fuerzas ha entrenado y apoyado en su ofensiva para tomar Trípoli. El papel de los entre 800 y 1.200 mercenarios, principalmente del Grupo Wagner, también ha incluido defender los intereses rusos en el país.
“Rusia vio un vacío de poder y una oportunidad de explotar la inestabilidad para ampliar la influencia rusa, usando a los mercenarios para fortalecer a Haftar, decantar el conflicto a su favor y llevarse la recompensa”, subrayan los autores del informe. Además, los mercenarios rusos han reforzado “la posición geoestratégica y la influencia diplomática” en Libia, lo que confiere a Rusia un papel en cualquier solución en el conflicto.
También hay presencia de mercenarios rusos en el África subsahariana. En RCA, han estado entrenando a las fuerzas de seguridad, además de proteger a su presidente, Faustin-Archange Touadéra, y las operaciones mineras. Mozambique ha sido, sin embargo, un fracaso. Los mercenarios del Grupo Wagner llegados para apoyar al gobierno en su lucha contra los yihadistas en Cabo Delgado “tenían poca experiencia en realizar operaciones en los bosques y tuvieron dificultades para coordinarse con las fuerzas locales”, según CSIS. Llegados en septiembre de 2019, fueron reemplazados el pasado abril por mercenarios de la firma sudafricana Dyck Advisory Group.
Además, los mercenarios rusos también han cruzado el Atlántico. Desde 2017 están presentes en Venezuela, que tiene en Moscú a uno de sus mayores aliados, para custodiar los intereses rusos y de sus empresas, entre ellas Rosneft. Además, desde enero de 2019, alrededor de un centenar de ellos fueron desplegados para proteger a Nicolás Maduro, después de que Juan Guaidó lo proclaman presidente encargado.