La última victoria de la transgénero Lia Thomas ha vuelto a generar una importante polémica en el mundo de la natación. La estadounidense se llevó el oro el viernes en las 500 yardas (400 metros aproximadamente) y lo hizo tras imponerse a Emma Weyan y Erica Sullivan, ambas plata en los Juegos Olímpicos de Tokio del pasado verano.
Por ABC
Desde la grada, hubo una parte del público que se manifestó en contra de la participación de Thomas, con pancartas incluso en las que se podía leer «Salvad al deporte femenino». La nadadora, tras proclamarse como la primera mujer transgénero campeona en la liga universitaria de Estados Unidos fue clara: «Es simple. No soy un hombre».
Penn’s Lia Thomas won the 500-yard freestyle at the NCAA women’s swimming and diving championships.
Thomas becomes the first known transgender athlete to win an NCAA Division I championship in any sport.
Full story from @katie_barnes3: https://t.co/mYzU5uBDpS pic.twitter.com/zgmIEgKO5x
— SportsCenter (@SportsCenter) March 17, 2022
Las discrepancias fueron más allá del agua o las gradas.
Ya en el podio, Weyan y Sullivan, segunda y tercera, se apartaron de Thomas y pidieron a la cuarta clasificada, Brooke Forde, que subiera con ellas a la palestra, dejando a la campeona a un lado de la foto.
A picture speaks a thousand words. #SaveWomensSports pic.twitter.com/RttZk1JuRL
— Anya Palmer (@anyabike) March 18, 2022
El presidente de la Federación Internacional de Atletismo (World Athletics), Sebastian Coe, expresó ayer que el deporte femenino se vea fragilizado por la participación de competidoras transgénero. «La integridad del deporte femenino, si no tomamos medidas para su futuro, es muy frágil», afirmó el presidente del atletismo mundial al diario británico The Times.
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