Ántrax, botulismo, brucelosis, fiebre Q… el mortal catálogo biológico que Rusia podría utilizar contra Ucrania

Ántrax, botulismo, brucelosis, fiebre Q… el mortal catálogo biológico que Rusia podría utilizar contra Ucrania

(Archivo-Biopreparat)

 

Ante un conflicto tan impredecible como es la invasión rusa de Ucrania todo escenario es posible; el nuclear, el químico y el biológico. De momento, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha amenazado al Kremlin ante la posibilidad de que recurra a las armas químicas sobre Ucrania.

Por: 20 Minutos





Los aliados se han comprometido con los ucranianos a asistirlos en caso de ataques “biológicos, químicos y nucleares”. Ahí está la amenaza nuclear (Rusia dispone de 1.588 ojivas desplegadas) y la denuncia ucraniana de que los rusos han empleado fósforo blanco en uno de sus ataques (aunque estrictamente ese compuesto químico no sería un arma química). ¿Y qué hay de las armas biológicas?

Se define como arma biológica a cualquier patógeno que se utiliza como arma de guerra. Esto incluye bacterias, virus, parásitos, hongos o cualquier otro microorganismo con capacidad para causar enfermedad. El Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades de EE UU define un ataque biológico como “la liberación intencional de virus, bacterias u otros gérmenes que pueden infectar o matar a las personas, al ganados o a los cultivos”.

En la antigüedad no tenían el conocimiento científico que hemos acumulado desde que en el siglo XIX Louis Pasteur sentara las bases de lo que llamamos microbiología. Y sin embargo, sí se sabía que una enfermedad podía ser usada (lanzada) como arma de guerra. En 1346, por ejemplo, los mongoles utilizaron los cadáveres de sus muertos por la peste como proyectiles para tomar la ciudad de Caffa (que hoy se llama Feodosia, precisamente en la Crimea ahora rusa, muy cerca de Mariúpol).

Las armas biológicas pueden ser usadas para matar al enemigo, pero también para incapacitarlo (un gran número de heridos puede resultar más costoso). Pero también pueden utilizarse para diezmar la economía del enemigo, acabando con sus reservas de alimentos o de animales productivos (como vacas, cerdos, gallinas, etc).

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