Las fuerzas armadas rusas han usado en al menos 24 ocasiones bombas de racimo, prohibidas por la ley internacional, contra áreas pobladas de Ucrania en las cinco semanas transcurridas desde el inicio de la guerra, denunció hoy la alta comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet.
Se han cometido además ataques indiscriminados contra hospitales, escuelas y otras infraestructuras que “están prohibidos por la ley humanitaria nacional y podrían constituir crímenes de guerra”, añadió Bachelet en una intervención ante el Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas.
La Convención sobre Municiones en Racimo, en vigor desde 2010, prohíbe el uso, desarrollo, fabricación y adquisición de este armamento debido a su impacto indiscriminado entre los civiles, aunque potencias como Rusia, Estados Unidos o China aún no lo han ratificado.
EFE.