Centenares de migrantes salieron este viernes caminando en caravana desde la fronteriza ciudad mexicana de Tapachula con el afán de llegar a la Ciudad de México para regularizar su situación migratoria, pero al avanzar unos kilómetros chocaron con las autoridades federales.
Este nuevo convoy, llamado por su cercanía con la Semana Santa “viacrucis migrante”, partió alrededor de las 07.00 hora local (13.00 GMT) de esta ciudad del suroriental estado de Chiapas y fronteriza con Guatemala, en la que miles de migrantes llevan semanas e incluso meses varados.
El contingente, conformado por hombres, mujeres y niños, tomó sus maletas y emprendieron su salida por las calles de la ciudad y hasta la carretera costera de Chiapas para enfilar rumbo a la capital, a más de 1.000 kilómetros.
CANSADOS DE ESPERAR
El salvadoreño Carlos Riquelme dijo a Efe estar harto de ir a la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (Comar) y al Instituto Nacional de Migración (INM) para intentar que atendieran su caso.
Explicó que lleva ya tres años en la localidad -tachada de “ciudad-cárcel” por activistas- y que, cuando finalmente obtuvo una resolución a su petición de asilo de la Comar, esa fue negativa.
El centroamericano explicó que caminó en una caravana pasada pero fue detenido por las autoridades migratorias.
“Ni siquiera me deportaron a mi país. Me dejaron en México”, explicó el hombre, que asegura que este será su último intento.
El extranjero, que viaja con otros migrantes y carga varias maletas encima, indicó que su objetivo es quedarse en México, pero en una zona donde haya mayores oportunidades de empleo.
“Sabemos que se unirán muchas más personas (migrantes) en el camino. Nuestro destino es poder avanzar a nuestro destino que es la frontera norte”, agregó el hombre.
El venezolano Ivel Antonio Martínez indicó que la situación económica es difícil en Tapachula.
Sin embargo, han empezado a caminar y buscan la protección de las autoridades federales en su tránsito. “Nosotros no queremos violencia ni confrontación. Queremos paz y paso libre”, explicó.
CHOQUE CON LAS AUTORIDADES
Los migrantes caminaron desde Tapachula hasta el ejido Viva México, ubicado a unos 8 kilómetros.
Los integrantes de la caravana de migrantes chocaron con personal del Instituto Nacional de Migración (INM) y la Guardia Nacional (GN) a la altura del primer retén en Viva México, pero lograron romper el cerco de seguridad que habían colocado las autoridades federales.
En este primer choque había unos 150 miembros de la Guardia Nacional.
La delegada del INM en Chiapas, Paola López Rodas, rodeada de miembros de la institución, pidió a los migrantes regresar y regularizar su situación migratoria, pero su petición fue ignorada.
Muchos de los migrantes, entre ellos mujeres y niños, se cayeron durante la trifulca. Sin embargo, ninguno fue detenido en ese momento y continuaron su camino por la carretera costera.
En un segundo choque, unos 7 kilómetros más adelante, los migrantes se encontraron con un muro de efectivos federales, a los que les lanzaron piedras.
Algunos de ellos fueron retenidos por las autoridades, tal y como constató Efe, por lo que la caravana, apenas unas horas después de su partida, ya avanza con el contingente mermado.
OLA MIGRATORIA
La región vive un flujo récord hacia Estados Unidos, cuya Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, en inglés) detectó a más de 1,7 millones de indocumentados en la frontera con México en el año fiscal 2021, que terminó el 30 de septiembre.
México deportó a más de 114.000 extranjeros en 2021, de acuerdo con datos de la Unidad de Política Migratoria de la Secretaría de Gobernación del país.
Además, la Comar recibió un récord de 131.448 solicitudes de refugio en 2021. De estos peticionarios, más de 51.000 son haitianos.
Esta es la segunda caravana migrante del año, tras un primer contingente de unas 500 personas que salió en enero pasado pero apenas avanzó unos 20 kilómetros ante la presión de las autoridades.
En septiembre del año pasado, las autoridades frustraron el avance de cuatro caravanas de migrantes que salieron precisamente desde Tapachula.
Entonces, varias agencias de la ONU y ONG criticaron el uso de la fuerza en los operativos para desintegrar dichas caravanas.
Otra caravana, que caminó durante más de un mes, llegó a la Ciudad de México a mediados de diciembre.
EFE