“Le estaban manipulando”: detrás de los últimos años de Bruce Willis como actor

“Le estaban manipulando”: detrás de los últimos años de Bruce Willis como actor

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Lo cierto es que había quien podía sospechar solo echando un vistazo a los últimos años de la carrera de Bruce Willis. Más allá de títulos clase A como Glass de M. Night Shyamalan o ciertos episodios que ahora podrían acoger una luz distinta, como cuando en 2015 Woody Allen le despidió de Café Society por lo que oficialmente se arguyó “problemas de agenda”. El caso es que si Willis se había ganado una categoría para él solo en los Razzie (premios infames que afrontan las peores críticas de su historia por el desafortunado timing con el que acuñaron esta nominación), era debido a la enorme afluencia de películas de bajo presupuesto en la que ha participado desde, más o menos, el último lustro. Todos films de acción con malas críticas… donde Willis tenía un papel mucho más breve de lo que parecía anunciar los tráilers o pósters correspondientes.

Por: 20 Minutos





El caso es que a Willis le han diagnosticado afasia, un trastorno neurológico que afecta a su capacidad para hablar, y “como resultado de eso va a alejarse de la carrera que tanto ha significado para él”, explicaban en una carta los hijos de Willis, su mujer Emma y su exmujer Demi Moore. Dicho diagnóstico empuja a observar desde otro ángulo las postrimerías de su carrera, algo que se ha propuesto hacer L.A. Times con descubrimientos inquietantes. Y es que las dificultades de Willis para desempeñarse como actor, acentuadas según se desarrollaba su enfermedad, eran bien conocidas por ciertas instancias de la industria, que llevaron a la estrella de proyecto en proyecto. ¿El objetivo? Que su rostro sirviera de reclamo comercial para estas películas de serie B.

Tener a Willis en el tráiler de tu película garantizaba una mayor atención internacional y que estudios o empresas de streaming se interesaran por ella. Que luego Willis tuviera un papel secundario era lo de menos para la vida comercial que se buscaba, prolongada a una cantidad asombrosa de producciones. En los últimos cuatro años Willis ha intervenido en 22 películas, pero esto no sería indicio tanto de la productividad del actor como de ciertos tejemanejes por parte de quienes le representaban y dirigían su carrera. Existe, así, varios testimonios de directores que han trabajado con Willis en este tiempo. Mike Burns le dirigió en Sin escapatoria, film de 2021, y ahora se hace eco de las instrucciones que recibió para reducir el tiempo de Willis en pantalla.

“Parece que tenemos que reducir el número de páginas de Bruce a unas 5. También hay que abreviar su parte para que no haya monólogos, etc”, le dijo Burns a su equipo. Meses más tarde, a Burns le ofrecieron dirigir otra película con Willis, Wrong Place. Preocupado, Burns preguntó cómo estaba el actor, y le respondieron “es una persona totalmente diferente, mucho mejor que el año pasado”. Burns les tomó la palabra, y durante el rodaje todos descubrieron que el actor estaba peor, con más dificultades para sacar sus escenas adelante que nunca. “Cuando terminamos pensé ‘se acabó, no voy a hacer ninguna otra película de Bruce Willis. Me aliviaría que se tomara un tiempo libre’”.

“No es el Bruce que recordaba”

La agencia que representa a Willis se ha asegurado en este tiempo que los rodajes de sus películas no superen los dos días, paralelamente a que en los contratos se estipulara que el actor trabajara ocho horas justas. A menudo, sin embargo, los films encabezados engañosamente por el actor de 67 años precisaban jornadas de solo cuatro horas. Hoy varias figuras cuestionan que el actor fuera plenamente consciente de lo que hacía en el plató, recibiendo dos millones por cada título que protagonizaba. Es muy alarmante, en este sentido, lo que ocurrió en Mercenarios de élite hace dos años, pues según declara parte de su equipo el estado de Willis condujo a que disparara una bala de fogueo en un momento del rodaje que no correspondía, para sobresalto de sus compañeros.

Willis parecía incapaz de seguir instrucciones, y aunque entonces se optara por ocultar el incidente a la prensa ahora se dibuja como otra de las anécdotas que condujeron a una situación insostenible. Jesse V. Johnson había trabajado como doble de acción de Willis hace décadas, pero cuanto se reencontró con él en el set de White Elephant, película que iba a dirigir, tuvo claro muy pronto que “ese no era el Bruce que recordaba”. “Afirmaron que le alegraba estar ahí, pero que lo más recomendable era rodar y dejarle marcha cuanto antes”, cuenta que le dijeron sus agentes. Mientras rodaba una de las pocas escenas que debía protagonizar, Willis se quedó parado y dijo, totalmente desorientado: “Sé por qué estáis aquí, ¿pero por qué estoy yo aquí?”.

“Alguien le daba una frase y él no entendía qué significaba. Le estaban manipulando”, concluye Johnson. Luego de White Elephant le ofrecieron hacer dos películas más con Willis, pero luego de consultarlo Johnson se negó. “Todos somos fans de Bruce Willis. El acuerdo nos pareció incorrecto y, en última instancia, un final bastante triste para una carrera increíble, con el que nadie se sentía cómodo”, explica. En términos similares se pronuncia Chuck Russell, que ha dirigido a Willis en una de sus últimas películas: Paradise City, donde trabaja junto a su antiguo compañero de Pulp Fiction John Travolta. “Nos aseguramos de que él y John tuvieran una gran experiencia rodando juntos”.

Pero todos quedaron muy alarmados por su estado durante el proceso. “Parecía tan perdido y decía ‘lo haré lo mejor que pueda’. Siempre se esforzaba al máximo”, apunta Terri Martin, supervisora de rodaje que trabajó con él en White Elephant. No cabe duda de que el penoso estado de salud de Willis era un secreto a voces en Hollywood pero, ¿quién se estaba beneficiando de él? ¿Quién guio sus pasos en estos últimos años?

Las sospechas se decantan por las dos productoras independientes que han financiado gran parte de estas películas de acción: Emmett/Furla Oasis y 308 Entertainment Inc. Randall Emmett, líder de la primera, ha declinado hacer comentarios y niega el incidente del arma durante la producción de White Elephant. Por otra parte hay que citar los nombres de Adam Huel Potter (que tenía garantizados papeles de desigual metraje en cada película de Willis) y Stephen J. Eads, inseparable de Willis desde los años 90 y vinculado también a Emmett/Furla Oasis. Ambos formaban parte de un séquito que acompañaba a Willis a cada plató, y que tampoco han hecho comentarios sobre la enfermedad.