Un brutal crimen ocurrió durante la madrugada del lunes en la localidad misiones de Puerto Iguazú, donde un hombre invitó a comer a su casa a un amigo y a su novia, pero lo mató a él a puñaladas, la violó a ella y luego quiso enterrar el cadáver en el patio de la vivienda.
Por: Jornada Online
Sin embargo, como no pudo terminar de ocultar los restos de la víctima bajo tierra, intentó esconderse en la casa de un vecino pero fue detenido.
El hecho ocurrió en una propiedad ubicada sobre la calle Artigas al 119, en el barrio Villa Alta, donde los amigos se reunieron a cenar y tomar bebidas alcohólicas hasta que en un momento el dueño de la propiedad, Nazareno “Polaquito” Ferreira, de 33 años y con un amplio prontuario, comenzó una discusión con Bruno Méndez, de 25.
De acuerdo con lo que informó el diario El Territorio de Misiones en base a fuentes policiales y judiciales, la pareja le pidió al anfitrión una habitación para tener relaciones sexuales. Ferreira accedió y les facilitó un lugar pero después de algunos minutos todo cambiaría de manera definitiva. El hombre entró en el dormitorio, los interrumpió y luego quiso propasarse con la joven. La reacción del invitado no se hizo esperar, empujó a su amigo y comenzaron a pelearse.
Entre gritos y forcejeos, el enfrentamiento se tornó cada vez más violento hasta que de un momento a otro, Nazareno apuñaló a Bruno. Después lo llevó hasta el living y lo acuchilló nuevamente. Pero a esta altura, la víctima no tuvo más capacidad de reacción y quedó herida de gravedad en el piso. Al ver que no tenía oposición, “Polaquito” se dirigió al cuarto donde estaba la novia Méndez -una joven de 18 años- para tratar de completar su plan inicial: abusar de ella.
Antes de reingresar en el dormitorio, el agresor subió el volumen de la música de la casa al máximo para que desde afuera no se escuchara lo que ocurría. Con el terreno allanado, la violó en reiteradas oportunidades, mientras que de fondo apenas se escuchaban los gritos agonizantes de Bruno. El nene, por su parte, dormía en otro sector de la casa.
El sospechoso fue detenido
El horror estaba lejos de terminar. Después de abusar de la joven y asegurarse de que no podía escapar del lugar, el agresor volvió a la sala de la casa para rematar a su amigo con más cuchillazos. Finalmente, lo asesinó. Cuando amaneció, en medio de una tormenta, el sospechoso arrastró el cuerpo de su compañero hasta el patio de la vivienda, tomó una pala y comenzó a cavar la fosa. Sin embargo, algo en su plan macabro falló.
Según relataría la chica abusada posteriormente a la Policía, la herramienta con la que Ferreira excavaba se rompió y se vio obligado a buscar otra para concluir la maniobra. Fue en ese momento que la joven raptada vio una oportunidad para huir. Tomó a su hijo, se dirigió hasta el patio e intentó subir una medianera de un pasillo lateral que está compuesta por chapas. El asesino llegó rápidamente para impedir la fuga, por lo que ella empezó a gritar y golpear las latas con todas sus fuerzas para que alguien del otro lado escuchara su pedido de auxilio.
Finalmente, un vecino se acercó por al cerco perimetral y le dio una mano. Primero recibió al nene y después ayudó que a ja joven para escapar. Ya con la aparición de un testigo, el homicida no tuvo más remedio que escapar de la escena.
Encontró refugio en la casa de un vecino hasta que efectivos de la Comisaría Segunda de Iguazú, tras ser advertidos de que pasaba cerca de las 10 de la mañana, lo detuvieron. Ahora “Polaquito” Ferreira está a disposición del Juzgado de Instrucción Nº3 de Puerto Iguazú, a cargo del juez Martín Brites.
Después de ser rescatada, la chica radicó la denuncia en la comisaría cercana y contó todo lo que ocurrió. “Yo había llegado a casa y escuché que -Ferreira- estaba con la pala, pero no le di bolilla porque él era loco y agresivo con todos. En un momento dado entró a la casa, mamá estaba adentro, me miró y dijo: ‘Hernán, no llames a la Policía, maté a uno’”, contó un vecino al diario misionero.
De acuerdo con su relato, el asesino estaba sucio, con la remera manchada con sangre y de barro. “Entonces mamá llamó por teléfono al papá del Polaquito, que llegó rapidísimo. Fue él quien lo sacó de la casa y lo entregó a la Policía que ya había llegado y estaban con la chica en la casa del otro vecino”, contó. Señaló que cerca de las 23 de la noche anterior había pasado por el frente de la casa del acusado y “como siempre era un desastre, música fuerte, estaban tomando. Yo seguí de largo nomás, estaban en la oscuridad. No miré mucho porque no quería problemas”.
Fuentes policiales confirmaron que el acusado tiene un importante prontuario de delitos contra la propiedad, agresiones y consumos problemáticos de alcohol y estupefacientes. También informaron que cumplió una condena por robo calificado bajo la modalidad motochorro, aunque el Servicio Penitenciario Provincial no tiene registros de que haya estado recientemente privado de su libertad en una cárcel.
El acusado fue alojado en una dependencia a la espera de ser citado a prestar declaración indagatoria. Las prendas de vestir fueron secuestradas y en la casa se incautaron dos cuchillos que serán peritados para establecer cuál es el arma homicida.