La Casa Blanca confirmó este miércoles que cuando suspenda en mayo el Título 42, la norma sanitaria por la que ha estado expulsando a migrantes indocumentados durante la pandemia, su mensaje seguirá siendo el mismo que envió cuando el presidente Joe Biden llegó al poder hace más de un año: “No vengan”.
Así lo aseguró la portavoz de la Casa Blanca, Jen Psaki, al comentar los planes para que el próximo 23 de mayo deje de aplicarse el polémico Título 42, por el que EE.UU. deporta a la mayoría de los indocumentados que llegan a su frontera sur, sin darles oportunidad de solicitar asilo.
“Seguiremos dando nuevos pasos para implementar y dejar claro que este no es el momento para venir, y que todavía habrá medidas significativas en vigor para cualquiera que intente migrar irregularmente a los Estados Unidos”, dijo Psaki en su rueda de prensa diaria.
La portavoz respondió con un sí a una pregunta posterior sobre si el mensaje de “no vengan” que envió Biden a los indocumentados poco antes de llegar al poder en enero de 2021 seguirá siendo el que envíe la Casa Blanca una vez que deje de implementarse en mayo el Título 42.
Ese mensaje de que “ahora no es el momento” de que los migrantes viajen hacia el norte lo enviaron por primera vez los actuales asesores de política nacional y seguridad nacional, respectivamente, Susan Rice y Jake Sullivan, en diciembre de 2020.
En una entrevista con Efe poco después de la elección de Biden, Rice y Sullivan atribuyeron ese mensaje a que el expresidente Donald Trump (2017-2021) había dejado “profundamente dañada” la infraestructura de asilo en el país.
Aseguraron que se tardarían “meses” en restablecer del todo el proceso de asilo en la frontera con México, y el propio Biden añadió después que calculaba que sería medio año el tiempo que necesitaría para reformar ese sistema.
No obstante, la Casa Blanca ha evitado cambiar ese mensaje desde entonces, y se ha escudado de las críticas al Título 42 con el argumento de que era una medida “de salud pública” amparada en la pandemia y gestionada por los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC, en inglés).
El anuncio de los CDC de que en mayo levantará esa medida, aplicada en primer lugar bajo el mandato de Trump, ha aliviado a las organizaciones de derechos humanos que la habían criticado.
También ha generado fuertes críticas de la oposición republicana, hasta el punto de que los líderes de Arizona, Luisiana y Misuri han demandado a Biden por ello.
El Partido Demócrata ha celebrado en público el fin de la medida, pero en privado han circulado preocupaciones por la posibilidad de que se genere una ola de inmigración que derive en una crisis humanitaria en la frontera y pueda perjudicar sus opciones en las elecciones legislativas de noviembre.
EFE