Una familia quedó destrozada por una extraña condición genética que ya mató a la madre, dejó en peligro a algunos de sus hijos y temen por sus nietos. La búsqueda desesperada por hallar la cura es uno de los motores para salir adelante.
Por Clarín
La vida cambió para siempre para Jonathan Williamson, de 70 años y Reino Unido, cuando a su esposa Sue le dieron seis meses de vida después de quejarse de dolor de espalda. Sí, un aparente y simple dolor se convirtió en el inicio de una dolorosa afección marcado por tumores agresivos.
Diagnóstico devastador
La mujer que allá por 1993 comenzó con dolores de espalda, fue diagnosticada con feocromocitoma, un tumor raro de las glándulas suprarrenales sobre los riñones, que tenía en ella metástasis en todo su cuerpo. Era un terrible cáncer.
De todos modos, el tratamiento con radioisótopos permitió que Sue, madre de cuatro hijos, viviera durante una década después del diagnóstico. Pero como sucede en estos casos, su cuerpo y su salud general se deterioró hasta que sí finalmente falleció a los 57 años en 2003.
La familia quedó destruida. Pero la herida sería aún más profunda, cuando recibieron otro golpe más tarde al descubrir que la condición de Sue había sido causada por un gen defectuoso que podría afectar a sus hijos, informa Metro.
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Gen defectuoso y búsqueda de una cura
Las pruebas mostraron que dos de los cuatro hijos de la pareja estaban limpios, pero los gemelos de 41 años, la trabajadora de caridad Jennie y el bombero James, habían heredado el gen. Y la peor noticia se hizo presente: los tumores ya se habían extendido por sus cuerpos.
Jonathan, un trabajado benéfico oriundo de Dundee, Escocia, creador The Phaeo and Para Cancer Charity en 2018 en un intento por encontrar una cura, sostuvo: “En 1993 mi vida cambió para siempre. Jennie y James no sabían que sus vidas también habían cambiado para siempre”.
Jonathan y Sue eran padres devotos de los mellizos y sus dos hijos mayores, Katie Kay, de 45 años, maestra de escuela primaria, y Jonathan, de 43, otro bombero. “Pero toda nuestra familia sintió el efecto dominó. Este gen, este cáncer, nos devastó”, aseguró al pensar en todos los miembros de su familia.
No mucho después, Sue se sometió a una cirugía para extirpar un tumor en su glándula suprarrenal, pero luego vivió una vida “completamente normal”, dice el amor de su vida. Fueron en total más de 20 años después que una cita de rutina por un dolor de espalda.
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