El Fondo Monetario Internacional (FMI) apuesta por seguir ayudando a empresas afectadas por la pandemia pero que sean viables en el futuro, y para descargar algo el esfuerzo público sugiere subir temporalmente los impuestos a las compañías que tienen beneficios “excesivos”.
En uno de los documentos presentados durante la primera jornada de su reunión de primavera y relativo a las deudas y retos que afronta el sector privado, el FMI también recomienda a los Gobiernos que “calibren el ritmo de su consolidación fiscal”.
Así, entiende que las economías más recuperadas pueden empezar a reducir las ayudas de forma “más rápida”, pero advierte que quienes no estén en ese punto pueden sufrir aún perturbaciones y problemas a largo plazo.
En este informe el Fondo expone diversas formas en las que los Gobiernos pueden ayudar a las empresas afectadas por la pandemia.
Así, considera que dicho apoyo debe limitarse a circunstancias en las que ha habido un “fallo del mercado” pero también advierte que en los sectores más golpeados por la pandemia, que pueden arrastrar al resto de la economía, es mejor incentivar la reestructuración o la reconversión.
Tras reconocer que decidir cuáles son los negocios con posibilidad de ser viables a los que ayudar es complicado, el Fondo recomienda a los Gobiernos que para “reducir la carga” que suponen las ayudas públicas estudien la posibilidad de subir los impuestos de forma temporal a empresas que tengan beneficios “excesivos”.
“Esto ayudaría a recuperar a algunas de las transferencias” que se han dado a firmas que “no las necesitaban”, añade el documento.
En cualquier caso, el informe recuerda que el impacto de la pandemia en el estado financiero de los hogares y las empresas ha sido desigual en el mundo, y depende mucho también de la composición económica por sectores de cada país.
Los servicios que se daban de forma presencial cayeron mientras la producción y las exportaciones de bienes y servicios sustitutos de los presenciales han mejorado.
Además, el mercado laboral del turismo y la hostelería sigue sin recuperarse dos años después de la pandemia, mientras en el lado contrario las logísticas y la construcción han visto mejoradas sus condiciones laborales, especialmente salarios.
La guerra en Ucrania, además, ha afectado en mayor medida a las cadenas de suministro y a los precios de la energía y los alimentos, cuyo encarecimiento también afectará a la capacidad de los hogares.
EFE