Inaugurada en el año 2015, tras varios intentos fallidos debido a retrasos en su construcción, la planta Cemento Cerro Azul ubicada en el municipio Piar al norte del estado Monagas, no ha logrado cumplir con su meta de producción anual anunciada originalmente.
Por: Jefferson Civira /Corresponsalía lapatilla
Esta empresa, creada en la era chavista bajo el convenio Irán-Venezuela en 2005, tuvo una inversión de 193,8 millones de dólares que fueron entregados a una empresa estatal iraní. Debió estar lista en tres años, pero por errores detectados en los estudios geológicos realizados por los iraníes para la ubicación de la planta y en las minas de caliza y arcilla, hubo que hacer una nueva investigación que derivó en millones de dólares adicionales.
En mayo de 2014, el vicepresidente para el área económica, Rafael Ramírez, había anunciado que la planta cementera tendría una capacidad de producción anual de 1 millón de toneladas métricas de cemento. No obstante, en los siete años que lleva activa esta empresa desde su inauguración, su producción al año no ha llegado al 13% de lo proyectado. En este periodo, no se la logrado cumplir la meta de producción de un año, motivado a la falta de inversión, denuncias de corrupción y falta de motivación a los trabajadores.
En su informe “Empresas propiedad del Estado (Cemento)”, el investigador del Instituto de Desarrollo Experimental de la Construcción de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la UCV, Alberto Lovera, señala que fueron innumerables denuncias de irregularidades y de construcción, desde que el Estado venezolano incluyó su construcción como parte de un convenio con Irán.
Asimismo hace énfasis en la incompetencia de las empresas iraníes para ejecutar las obras y amplios retrasos en la construcción de la planta. Otra de las irregularidades detectadas tiene que ver con que las empresas involucradas, solo aparecieron en el Registro Nacional de Contratistas años después de iniciadas las obras.
Fallas a granel
El secretario de reclamo del Sindicato Único de Trabajadores Empresa Cemento Cerro Azul (Sinutracca-Monagas), Ramón Bolívar, contó a La Patilla que en los siete años que lleva trabajando en esta planta, el mejor año ha sido 2021 donde se produjeron 313.000 toneladas de cemento, lo que representa un 31% de su capacidad instalada.
En el año 2020, la producción fue apenas de 113.000 toneladas, un 11% de su capacidad instalada. A pesar de que ese año fue cuando comenzó la pandemia y en Venezuela se anunció un estricto confinamiento, en esta planta cementera los trabajos nunca se pararon.
El representante sindical narró que Cemento Cerro Azul ha venido atravesando una dura situación, ya que en varias ocasiones han tenido que parar la producción de clinker por problemas de escasez en el suministro de gas que llega desde la QE2, una subestación de gas que se encuentra en las cercanías de un sector La Curva de Azagua, vía Caripito. Este gas que se envía a Cerro Azul se usa para el encendido del horno que permite producir el clinker.
Otra de las fallas que presenta la planta tiene que ver con el área de pre-homogenización,a donde existen dos equipos llamados apilador y el recuperador. Actualmente, este último se encuentra fuera de funcionamiento desde hace dos meses debido a una pieza llamada carbonera que se dañó producto de una falla eléctrica y hasta la fecha no ha sido reparada. Bolívar explica que para poner nuevamente en funcionamiento este equipo, deben extraer la pieza al apilador, por lo que ambos equipos no pueden funcionar de manera simultánea.
El área donde se encuentra el molino de crudo tiene dos formas de recibir calor detalla el sindicalista: una es a través del calor de la alta temperatura que suministra el horno cuando está en funcionamiento, y la otra forma es de manera directa por la tubería de gas. Sin embargo, semanas atrás este molino estuvo fuera de servicio, porque el horno se estaba apagado. Como si fuera poco, la válvula que regula el gas a la entrada del molino se encuentra dañada, tras una explosión presuntamente ocasionada por la acumulación de gases en la tubería.
Clase obrera descontenta
El secretario de reclamo del sindicato indicó que existe un gran descontento en la clase obrera de Cemento Cerro Azul a raíz de las violaciones de los derechos laborales. Desmejoras salariales, acosos laborales, persecuciones, hostigamiento y calificaciones de despidos injustificados, es parte de los que han sufrido los trabajadores de esta planta cementera.
“Existe un descontento, ya que semanas atrás se firmó un anteproyecto de convención colectiva a espalda de los trabajadores, demostrando una clara violación del artículo 389 de la Ley Orgánica del Trabajo (LOT), porque no se consultó a ninguno de los trabajadores o no se realizó asamblea de trabajadores y trabajadoras para discutir y aprobar las cláusulas que iban ser incluidas en la convención colectiva de trabajo. Cabe destacar que quienes firmaron la convención colectiva en nombre de los trabajadores, no representan a la masa trabajadora, porque no gozan del respaldo de los trabajadores ni están amparados en el artículo 437 de la LOT que habla de la obligación de negociar con la organización sindical más representativa”, comentó Ramón Bolívar.
A juicio del sindicalista, quienes firmaron ese contrato colectivo, pertenecen a un sindicato impuesto por quienes administran actualmente la Corporación Socialista del Cemento S.A. (CSC). La semana pasada, una representación sindical de varias filiales de la CSC introdujeron un recurso de interpretación en la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia en Caracas.
Esta acción se ejecutó debido a que la directiva del CSC creó una federación de trabajadores, cuyo presidente no es trabajador de la industria cementera, sino el diputado de la Asamblea Nacional chavista, Marco Tulio Díaz, obviamente afecto al régimen de Nicolás Maduro. Esta federación, de nombre FUNBTTCCAC, fue la que discutió y aprobó la convención colectiva a espaldas de los trabajadores, violando los artículos antes mencionados de la Ley Orgánica del Trabajo.
“Debido a las violaciones de los derechos de los trabajadores, nos agrupamos varias organizaciones sindicales de la rama del cemento e introdujimos ante el TSJ un recurso de interpretación. Esperamos que el máximo órgano judicial del país se pronuncie lo más pronto posible”, dijo el dirigente sindical, al tiempo que criticó a quienes firmaron la convención colectiva y es que algunos trabajadores le han consultado acerca del contenido de las cláusulas, pero la respuesta que obtienen es que desconocen lo que firmaron. “Sabemos que ellos son los culpables de las desmejoras tanto en salarios como en beneficios”, añade al respecto.
Antes del aumento decretado por Maduro a partir del 15 de marzo, un trabajador de Cemento Cerro Azul que laboraba en horarios de guardia, devengaba en la quincena del 30 de cada mes entre 350 y 400 bolívares. No obstante, tras el incremento salarial son evidentes las desmejoras de los trabajadores, ya que ahora el nuevo salario que perciben es de 200 bolívares, lo que ha incidido en la desmotivación y también en que la producción no se incremente. Aunado a ello, continúa aumentando la deuda con los trabajadores, lo que se conoce como pasivos laborales.
Una “joyita”
La actual directora general de Cemento Cerro Azul, Tracy Jaclin Brito de García, ha sido señalada de cometer presuntos actos de corrupción. Por esta razón, ya recibió una citación de la División contra Delitos Financieros del Cuerpo de Investigaciones Científicas Penales y Criminalísticas en la sede de Caracas con fines relacionados a una averiguación que realiza dicho despacho, según acta procesal K-21-0042—00197.
Además de la citación pendiente de esta funcionaria en el Cicpc, existe una denuncia interpuesta por los trabajadores Franklin Requena y Ramón Bolívar ante la Fiscalía Superior del estado Monagas por presuntos hechos de corrupción.
Sector construcción paralizado
El coordinador regional de Fedecámaras en Monagas en representación de la construcción, Fernando Frías, reveló que este sector registra un 90% de paralización en la entidad. Asegura que lo poco que se ve hoy en día son algunas remodelaciones y muy escasamente trabajos del sector público.
Afirma que a pesar de que el sector construcción es uno de los más dinámicos del mundo en cuanto a generación de empleos directos e indirectos, y que la demanda de viviendas, bienes y servicios, en otras infraestructuras, inciden directamente en el PIB, en Venezuela ocurrió un fenómeno de contracción causado por las pésimas políticas públicas aplicadas por el chavismo y su heredero, Nicolás Maduro.
A su juicio, estos gobernantes han venido destruyendo y desmantelando grandes empresas constructoras que hoy en día ejecutan importantes desarrollos en otros países. “Esas pésimas e ineficientes medidas económicas trajeron como consecuencia la expropiación de la industria cementera que fue una de las más importantes del hemisferio occidental. Vemos cómo se ha sembrado en estas empresas la ineficacia y la corrupción que solo ha traído la destrucción de un conglomerado industrial, tan vital para la economía que, además, tienen una producción muy por debajo de lo que deberían”.