Colin Carlson, biólogo de la Universidad de Georgetown, ha comenzado a preocuparse por la viruela del ratón.
Por Clarín
El virus, descubierto en 1930, se propaga entre los ratones y los mata con una eficiencia despiadada.
Pero los científicos nunca lo han considerado una amenaza potencial para los humanos.
Ahora Carlson, sus colegas y sus computadoras no están tan seguros.
Usando una técnica conocida como aprendizaje automático, los investigadores han pasado los últimos años programando computadoras para aprender sobre los virus que pueden infectar las células humanas.
Las computadoras han analizado grandes cantidades de información sobre la biología y la ecología de los anfitriones animales de esos virus, así como los genomas y otras características de los virus mismos.
Con el tiempo, las computadoras llegaron a reconocer ciertos factores que podrían predecir si un virus tiene el potencial de propagarse a los humanos.
Una vez que las computadoras demostraron su valía en virus que los científicos ya habían estudiado intensamente, Carlson y sus colegas las desplegaron en lo desconocido, y finalmente produjeron una breve lista de virus animales con el potencial de saltar la barrera de las especies y causar brotes en humanos.
En las últimas ejecuciones, los algoritmos colocaron inesperadamente al virus de la viruela del ratón en los primeros puestos de los patógenos de riesgo.
“Cada vez que ejecutamos este modelo, aparece muy alto”, dijo Carlson.
Desconcertados, Carlson y sus colegas rebuscaron en la literatura científica.
Se encontraron con la documentación de un brote olvidado hace mucho tiempo en 1987 en la China rural.
Los escolares contrajeron una infección que les provocó dolores de garganta e inflamación en las manos y los pies.
Años más tarde, un equipo de científicos realizó pruebas en hisopos de garganta que se habían recolectado durante el brote y se almacenaron.
Estas muestras, como informó el grupo en 2012, contenían ADN de viruela de ratón.
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