En algunas regiones de la India las comadronas pelean por tratar de revertir los preocupantes datos del sistema de sanidad que muestran que, junto a la alta tasa de mortalidad materna, existe un desproporcionado número de cesáreas.
Un papel atado a la muñeca de Olivani dice que acaba de dar a luz de manera natural. Lleva tan poco tiempo con su bebé en brazos que la pequeña todavía no tiene nombre.
“Pensé que no iba a poder, pero la he parido”, cuenta a Efe Olivani tendida en la cama de un precario hospital de Hyderabad, en el estado meridional de Telangana, acompañada de una comadrona.
El nacimiento natural de su hija revierte las estadísticas de esta región donde, de acuerdo con la Encuesta Nacional de Salud Familiar 2019-2020 (NFHS5), la intervención quirúrgica representa más del 60 por cierto de los nacimientos.
El dato es preocupante teniendo en cuenta que la Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que hasta un 80 por ciento de los nacimientos podrían ser por parto natural.
“No hace falta una madre cuando tienes a una comadrona”, dice la joven de 26 años, que temía a las habituales cesáreas que, ignorando su elección y sin muchas veces necesitarlas, la dejaría con un corte y varios puntos de sutura en el abdomen.
El NFHS-5 revela que este dato ha ido en ascenso, doblando sus registros en los últimos 15 años. Su práctica evidencia también las disparidades sociales y la dependencia en el sector privado ante un sistema público insuficiente.
Las cesáreas representan un 60 % de los nacimientos en hospitales privados, que atienden cerca del 40 % de los partos del país. En Telangana, uno de los estados de más rápido crecimiento y prósperos de la India, este dato puede llegar hasta el 80 %.
Las causas de la alarmante tasa son complejas y diversas, atribuídas por algunos especialistas al mayor lucro detrás de la cirugía por parte de un sector sin escrúpulos, la sobrecarga del sistema que prefiere dedicar menos tiempo a cada nacimiento, o la falta de conocimiento sobre parte de la población que ve en el obstetra el único profesional solvente en la materia.
Hay además una motivación cultural, en el deseo de las familias de seguir el “Shubh Muhurat”, un día auspicioso dado por un astrólogo para el nacimiento de los hijos.
LAS COMADRONAS
Junto a esto está también “la falta de especialistas en las áreas remotas, y por lo tanto, la Tasa de Mortalidad Materna (MMR) en las áreas tribales y remotas se duplica”, dijo a Efe la comisionada de Salud de Telangana, Karuna Vakati, para explicar la introducción de las comadronas como elemento de cambio.
El gobierno de Telangana, en alianza con la Fundación Hospital Fernández y Unicef, ha comenzado un programa para formar parteras especializadas bajo los estándares internacionales, dispuestas a llegar a los centros primarios remotos, revertir los indicadores, y reconstruir el derecho al parto digno o reducir las muertes.
En los salones de la escuela de enfermería, una treintena de mujeres estudia las técnicas para el parto natural. Maniquíes de embarazadas les permiten simular las situaciones del parto e identificar las emergencias.
“Las comadronas están para las madres en todo el proceso del parto, mientras que el médico solo esta ahí para sacar el bebé”, agradece Olivani desde una de las salas de parto desde las que atienden las primeras matronas de este programa piloto.
Hasta ahora, en ausencia de suficientes matronas con formación especializada en los centro primarios, muchas madres son enviadas directamente a las salas de emergencia para que les practiquen una cesárea y, aunque probablemente solo un 20 % de ellas necesite atención, estas áreas se llenan de mujeres a punto de dar a luz.
En la India nacen al año 26 millones de bebés, una quinta parte de los nacimientos que ocurren en el mundo, y cada minuto uno de esos bebés muere, según datos oficiales y de Unicef.
Cerca de la mitad de todas las muertes maternas y neonatales ocurren durante el parto o las primeras 24 horas tras el nacimiento, y si bien políticas públicas que promueven el parto en instituciones médicas han mejorado los números de la India, todavía 35.000 madres mueren al año, un número superado solo por Nigeria (67.000).
“Estábamos viendo a cada madre embarazada como una catástrofe a punto de ocurrir”, explica a Efe la presidenta de la Fundación Fernández, la doctora Evita Fernández, que lamenta haber visto mujeres que llegaron demasiado tarde a las emergencias porque no tuvieron a una profesional para darle asistencia a tiempo. EFE