La capacidad de comunicarnos entre los humanos y animales ha sido toda una aventura evolutiva que nos ha definido desde que existimos; sin embargo, hay quienes presentan características distintas, las cuales causan cierta distinción en la sociedad y para quienes lo presentan, les cuesta desenvolverse en su entorno. Las personas que tienen autismo o el trastorno neurobiológico perciben al mundo de forma distinta y hasta con peligrosidad.
lapatilla.com | Douglas Valle y Katerín García
La Organización Mundial de la Salud (OMS) define que el autismo, o también conocido como Trastornos del Espectro Autista (TEA) son un conjunto de afecciones caracterizadas por grados de alteración que comprometen el comportamiento social, producen dificultades en el lenguaje y la comunicación y conductas repetitivas y estereotipadas.
La directora de DOMUS Instituto de Autismo de México, Judith Vaillard, aclaró que es “alarmante” y atribuyó el incremento a los factores genéticos predisponentes y los detonantes ambientales que hacen que determinados genes se expresen. “No es que lo provoquen” -comentó- “pero un individuo con esa predisposición genética que está expuesto a todos estos factores ambientales de alta toxicidad puede tener más posibilidades de que esos genes se expresen”, desarrolló. La mayoría de las personas con autismo siguen teniendo algunos síntomas durante todas sus vidas. Sin embargo, son capaces de vivir con sus familias o en la comunidad.
De acuerdo a la Biblioteca Nacional de Medicina de EE.UU. (NIH), la causa exacta del trastorno del espectro autista (TEA) se desconoce. Es probable, indica, que una serie de factores como los genes o ciertas medicinas tomadas durante el embarazo, puedan llevar a que el niño presente TEA.
En Venezuela no se dispone de cifras actualizadas con personas con el Trastorno del Espectro Austista aunque hayan organizaciones que intenten realizar encuestas pero sin apoyo, el intento es fallido; se evidencia que la salud de los más pequeño poco a poco sea más comprometida. Los casos de autismo van en aumento, y ha habido una variación considerable en las estadísticas, que hace 20 años marcaban que una de cada 10.000 personas estaba dentro del espectro autista. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), un niño de cada 160 padece un trastorno del espectro autista.
Para Belkis Lovera, madre de una joven con TEA y miembro de la junta directiva de Sovenia (Sociedad Venezolana para Niños y Adultos Autistas) indica que ¨las personas que viven con autismo tienen dificultades en la comunicación verbal y no verbal. Estas dificultades les afectan la capacidad para ordenar y comprender lo que perciben, organizarse a sí mismos efectivamente, y comprender y utilizar el lenguaje para comunicarse, impactando por ende en todo lo que tiene que ver con la vinculación social y humana (ocio, juego, estudio, amistad, habilidades para la vida). ¨ Dentro de sus características están el desarrollo del lenguaje, no establecen contacto visual, no tienen relaciones sociales con otros pares, hipersensibilidad a los sonidos comunes en su entorno, temperatura del agua
Para la psicóloga, Maria Fernanda Padrón, la inclusión de los niños en los colegios que presentan TEA va a depender primeramente en su nivel de autismo y el funcionamiento del colegio en cuanto a su medio curricular adaptada a pesar que en la ley lo establezca. Los factores sociales y lo más importante, la información que maneje la sociedad del tema va a depender la inclusión del niño; las campañas informativas para involucrar a todos con un sólo propósito, ayudar e integrar a todos.
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