A los 100 años, el brasileño Walter Orthmann ostenta el título de la carrera más larga en una misma compañía en el mundo, con más de ocho expresivas décadas de trabajo, una hazaña que él mismo considera como algo “notable”.
“Es notable que te despiertes por la mañana y tengas un compromiso. Si tienes un compromiso, no sientes el tiempo pasar (…) Realmente me encanta trabajar”, dijo Orthmann este viernes en declaraciones a Efe.
El brasileño, nacido en 1922, lleva 84 años trabajando para una compañía textil de la ciudad de Brusque, en el sureño estado de Santa Catarina, y conquistó el título de “funcionario más antiguo del mundo”, según registró el Guinness Récord el pasado 6 de enero.
La trayectoria de Orthmann, el mayor entre cinco hermanos, empezó el 17 de enero de 1938, cuando tenía tan solo 15 años y fue contratado por Industrias Renaux S.A. para ayudar en el sustento de su familia. Poco a poco, fue destacando entre la plantilla y escalando en la carrera, hasta convertirse en gerente de ventas.
Durante 60 años, viajó a múltiples destinos por la compañía, pero sus andaduras en el extranjero llegaron al fin en 2015 debido a la avanzada edad. El fin de los viajes, sin embargo, no supuso el término de su trayectoria profesional.
“Me puse de acuerdo para interrumpir los viajes y quedarme aquí, ayudando al nuevo personal que llega y viaja o atendiendo a los clientes por teléfono”, aseguró.
Según Orthmann, el secreto de su longevidad en la empresa está en la disciplina y dedicación a sus clientes, con quienes siempre buscó un contacto diferenciado que permitió crear lazos de confianza.
“Los clientes tienen placer de hablar conmigo, porque yo conozco a todos. Sé de sus vidas, cómo son, qué tienen”, contó.
A lo largo de sus más de ocho décadas trabajadas, el anciano nunca desperdició la oportunidad de aprender nuevas habilidades y fue testigo directo de la transformación digital y social que Brasil ha atravesado en los últimos años.
“En mi época, no existía nada de eso, se hacía todo de memoria. No existía ni siquiera la máquina de calcular”, pero “hoy en día, con solamente un teléfono, uno hace todo lo que necesita”, señaló.
En las instalaciones de la empresa donde sigue trabajando, Orthmann es reconocido por donde pasa y recibe los saludos y la admiración de sus compañeros. Siempre solícito, no ahorra en las respuestas y siempre se toma unos segundos para charlar con los colegas.
Hace poco menos de un mes, el trabajador completó 100 años de vida, aunque es enfático al afirmar que no pretende retirarse pronto, ya que “siempre hay algo nuevo que aprender”.
“Yo sigo trabajando y aprendiendo. Nunca será posible saberlo todo. Todo día aparece algo nuevo que aprender. Tú puedes llegar a los 100 años y seguirás aprendiendo cada día”, aseveró.
EFE.