Sudamérica fue testigo la noche del domingo al lunes de un eclipse de Luna, un fenómeno inhabitual en el que el satélite de la Tierra deja atrás su brillo y color diario para tomar tonalidades cobrizas.
“Un eclipse total de Luna es la excusa perfecta para mirar el cielo y maravillarse con el cosmos”, afirmó José Maza, astrónomo y Premio Nacional de Ciencias Exactas de Chile.
Con un cielo despejado, unas 140 personas se congregaron para ver el eclipse desde el Planetario de la Universidad de Santiago, en Chile.
La Luna de sangre, como se conoce popularmente este fenómeno, se pudo disfrutar no solo en Sudamérica, si no también en Centroamérica y parte de América del Norte, así como en algunas zonas de Europa y África.
Para Mariano Rivas, jefe de Divulgación Científica del Planetario de Buenos Aires, el eclipse es “uno de los fenómenos más simples y más impactantes de la naturaleza”, ya que la Luna cuando entra en la sombra que provoca la Tierra hace que el satélite “tome un color rojo pálido anaranjado durante una hora y media”.
Durante el eclipse la Luna toma este color, ya que los rayos solares le siguen llegando por la “refracccción atmosférica”, explicó a la AFP Florent Deleflie, del Observatorio de París-PSL.
“Durante un eclipse, solo la Tierra puede iluminar a la Luna a través de este reenvío de rayos rojos”, añade el astrónomo.
Este fenómeno se produce, generalmente, dos veces al año, cuando la Tierra se sitúa en una posición en la que bloquea parcialmente la llegada de los rayos del Sol a la Luna cuando está en fase llena.
Aunque las nubes de la noche bonaerense amenazaron con impedir ver el eclipse, Leonel López, de 25 años, acudió al planetario de la capital argentina porque tenía “mucha fe de que se pueda ver”.
López contempló antes este fenómeno “desde el patio” de su casa, pero “hoy es un día lindo para verlo desde acá, es como un espectáculo”.
Como López, Lucía Calengo, una “fanática” de la Luna de 34 años, se acercó al planetario para disfrutar el eclipse: “Es un acontecimiento lindo de ver”.
El próximo eclipse total de Luna se producirá en noviembre, en pleno océano Pacífico.
Deleflie recuerda que los eclipses lunares permitieron demostrar “desde la Antigüedad” que la Tierra es redonda.
“Sobre el disco lunar, el límite entre la zona de sombra y la parte iluminada por el Sol es ligeramente curva: es la proyección de la redondez de la Tierra”, explica.
AFP