“Tenía miedo que uno de mis senos explotara después de que un implante se rompió y causó que se hinchara al tamaño de un melón“. Esto lo dice la inglesa Hannah Packham, de 32 años, que pagó U$S 6.000 por una cirugía de agrandamiento de senos en 2014, así lo reseñó CLARÍN.
La mujer vivió sin síntomas con, como decía ella, sus “tetas perfectas”, hasta que notó que una de ellas se estaba haciendo más grande que la otra, en octubre de 2018.
En una semana, su seno izquierdo se hinchó “cinco veces” más que el otro y se cubrió cada vez más de venas.
Ella se horrorizó porque tras investigar en Internet se encontró con que era un signo de cáncer de seno.
“FUE ALGO ATERRADOR”
Los médicos la revisaron y le dijeron que su implante de silicona se había roto y tendrían que operarla rápidamente para extraerlo.
Mientras esperaba la cirugía, tuvo que cortar la copa izquierda de sus sostenes, para poder acomodar su enorme pecho hinchado.
Recordando la terrible experiencia, Hannah dijo: “Fue más que aterrador. Simplemente se transformó al tamaño de un melón. Se sentía tan pesado, era cinco veces más grande. Era como si estuviera embarazada de nueve meses. Todos los días me despertaba y era un poco más grande y había muchas venas azules. Me convencí que tenía cáncer de mama y dejé de tener relaciones sexuales con mi esposo“.
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