Mientras los más duros del supremacismo blanco, de EE. UU., se congregaban en torno a Vladimir Putin, en su innoble operación de invadir Ucrania, el miliciano italiano, Edy Ongaro, murió combatiendo del lado ruso, en pleno corazón del Donbáss, ucraniano.
Ongaro -en las antípodas ideológicas de los ultraderechistas referidos al comienzo- era marxista-leninista como, también, parece serlo, el Movimento Cinque Stelle o Movimiento Cinco Estrellas en español. Lo que tampoco ha sido óbice, para compartir tales inclinaciones favorables hacia Putin, con los principales derechistas y populistas más trogloditas de la península itálica.
En lo que se refiere a la izquierda radical latinoamericana, apoya la invasión mencionada en último término, porque sí. Por nostálgica de la URSS. Por su rechazo cromosómico al imperialismo yanqui. O por el vil metal, porque, como veremos, en estas cosas no hay almuerzos gratis. Siempre ha sido así, solo que ahora, ni siquiera, disimulan.
En 1994, escribía el jurista y filósofo, Norberto Bobbio, que “la tradicional distinción entre derecha e izquierda, ya carecía de sentido, suponiendo que haya tenido alguno, en el pasado”. El potpourri, de los hagiógrafos de la llamada, “Hiena del Kremlin”, lo demuestra: Donald J. Trump, Víktor Orbán, Marine Le Pen, Jair Bolsonaro, Silvio Berlusconi, et in communitate solidaritatis con, Xi Jinping, Raúl Castro, Daniel Ortega, Lula da Silva, el gordito de Norcorea, AMLO, “Supermostacho”, el más servil, abyecto, malinche, habido y por haber.
Son las 5:00 de la tarde de un día cualquiera del presente mes de mayo. La asamblea constitutiva de la asociación civil, con fines de lucro (de lucro ilícito, por supuesto) de “Defensores, Justificadores y Adoradores del ´camarada´Putin, A.C.” extensión de la Republiqueta Bolivariana de Venezuela”, acaba de instalarse
Primera moción, rechazada por unanimidad y sin anestesia por los asambleístas: “Envío de un batallón de voluntarios a combatir en defensa de los ideales del ´camarado´ Putin”, porque ni, éste, tiene ideales y menos aún, ganas de recibir pelotones de chavomaduristas, que a la primera escaramuza pegan el carrerón, como la tarde del dron magnicida, avenida Bolívar, Caracas.
Segunda moción denegada de forma, no menos inmisericorde por los asistentes: “Respaldo a los, Madurovich, Diosdadovich, Padrinovich, Elaisamivich, siniestros hermanos Rodrigovich, de aquel lado del Atlántico. Carlos Marx, se revolvería en su tumba si se entera de algún voto de aprobación a tamaños oligarcas, travestidos de proletarios. A ninguno de la pandilla, lo ahorcan por menos de un millardo en moneda dura.
Tercera moción, denegada por forfeit o abandono al informarse que había sido charteado un jumbo jet, vía Moscú, para exigirle al “camarado” Putín la devolución del dinero negro depositado en los bancos rusos -al respecto, el “camarado”, en cuestión, ha comenzado a hacerse el sueco, pese a ser nativo de St. Petersburgo. Así que los asambleístas, al solo enterarse de tal operación de salvamento de la RoboLución, rompieron el quórum, en estampida, para ser los primeros en el chek-in de la aeronave.
@omarestacio