Ucrania presente en los corazones y en las secciones del Festival de Cannes

Ucrania presente en los corazones y en las secciones del Festival de Cannes

El equipo de la película ucraniana “Butterfly Vision” desplega una pancarta de denuncia de la guerra durante el Festival de Cannes el 25 de mayo de 2022 LOIC VENANCE AFP

 

El Festival de Cannes había prometido que Ucrania estaría “presente en todos los corazones” en su 75ª edición, que se termina este sábado. Cuatro películas relacionadas con ese país fueron presentadas en distintas secciones, y además, activistas denunciaron en la alfombra roja la situación en el país.

– “Pamfir” –

Presentado en la Quincena de Realizadores, este primer largometraje de Dmytro Sukholytkyy-Sobchuk ofrece un retrato sin concesiones de la región de Chernivtsi, en la frontera entre Ucrania y Rumanía, una región pobre y corrompida, aunque también heredera de tradiciones milenarias.

La película narra la historia de Pamfir, que se gana honestamente la vida en el sector de la construcción en Rumanía, aunque ello lo obliga a dejar a su amada esposa y a su hijo solos durante meses.

Su hijo sufre por su ausencia y comete un acto de vandalismo, que Pamfir debe reparar.

Para lograrlo deberá volver a ejercer el contrabando, una actividad que había abandonado. Esa decisión precipitará los acontecimientos.

El realizador quiso abordar la cuestión de la emigración ucraniana y el “foso que separa Ucrania de la Unión Europea”.

Sukholytkyy-Sobchuk asegura que solo ha abandonado Ucrania “durante unos pocos días para acabar la posproducción” de su película, pero desea volver rápidamente para “documentar” lo que está pasando.

– “Butterfly Vision” –

De tono documentalista, “Butterfly Vision” es la primera película de Maskym Nakonechni en selección oficial, y aborda la suerte de las mujeres soldado ucranianas capturadas por los rusos.

La película fue filmada en la región del Donbás, que en 2014 fue el escenario de una insurrección armada de separatistas prorrusos, preludio del actual conflicto armado.

“Butterfly Vision” cuenta la historia de Lilia, especialista de reconocimiento aéreo que intenta superar el traumatismo de su captura y violación a manos de los rusos.

Es una película anclada en la realidad, a partir de la cobertura de la guerra en Donbás, explicó su realizador a la AFP.

El director se dio cuenta, mientras realizaba un documental sobre las mujeres militares, que lo que más temían en el campo de batalla era ser violadas, más incluso que la muerte.

Es una película que aborda sin concesiones la problemática, y su director advierte al respecto: “una guerra no se acaba cuando se rinden las armas”.

– “The Natural History of Destruction” –

Ya conocido en Cannes, el director ucraniano Sergei Loznitsa, autor de “Maidán” o “Donbás”, presentó en selección oficial “The Natural History of Destruction”, un documental sobre los bombardeos aliados de Alemania durante la Segunda Guerra Mundial.

Inspirado del libro del escritor W.G.Sebald, la película muestra impresionantes imágenes de archivo de esos bombardeos masivos, que sirvieron para aniquilar la capacidad militar alemana, al precio de la destrucción de ciudades enteras.

Sergei Loznitsa es una figura importante del cine ucraniano. A finales de marzo fue separado de la Academia cinematográfica de Ucrania porque rehusó aceptar un boicot a todos los artistas rusos.

En entrevista con la AFP, el director se ratificó en su posición, y calificó de “actitud inhumana” esa posición de sus compatriotas.

– “Mariupolis 2” –

El director lituano Mantas Kvedaravicius pagó con su vida el rodaje del documental “Mariupolis 2”.

De casi dos horas de duración, el documental fue montado de forma sencilla por su equipo, tras la muerte de Kvedaravicius el 30 de marzo, a manos de las tropas rusas, según precisa el comunicado de prensa de The Match Factory.

Kvedaravicius había estado en Mariúpol, una ciudad portuaria a orillas del mar de Azov, cuando estalló la guerra del Donbás.

El cineasta regresó en febrero de 2022 “para reunirse con las personas que había conocido y filmado entre 2014 y 2015”, explica el comunicado.

Sin voz off ni música, el documental ofrece una mirada desnuda, de largos planos filmados principalmente dentro y fuera de una iglesia de la ciudad, con un grupo de refugiados, habitantes de Mariúpol que se resisten a abandonar la ciudad.

AFP

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