La imagen corporal atraviesa numerosos aspectos de nuestra vida, muchas veces incluso sin advertirlo ni tampoco proponerlo. Del mismo modo afectan los modelos hegemónicos de belleza, donde esos límites tan difíciles de atravesar parecieran definir quién está dentro y quien queda afuera.
Por Clarín
Todo esto influye a la hora de hablar de gimnofobia, el miedo irracional a la desnudez (también denominado nudofobia). No se trata del pudor, la vergüenza o la incomodidad que pueden suponer los cuerpos desnudos habitualmente, sino de un temor que afecta cuestiones tan centrales como, por ejemplo, la sexualidad.
Bárbara García, ginecóloga y obstetra especialista en sexualidad (en Instagram, @sexualidadeslibres), explicó a Clarín que la gimnofobia suele darse más frecuentemente respecto a la desnudez propia, aunque también existe en relación a la ajena. “Las estadísticas refieren que afecta más a personas con vulva que con pene y que puede pasar en cualquier momento, a cualquier edad”, señaló.
Esta fobia, agregó, “incapacita a las personas y las aleja de su goce; por ende, afecta a su calidad de vida”. En ese marco, la médica destacó que “la confianza y la seguridad sexual nacen de nuestros pensamientos y creencias. Por lo tanto, mientras más estrechas y limitadas sean, menos podremos gozar”.
¿Cuál es el peso de la mirada ajena y de los inalcanzables ideales establecidos? Según García, “los estereotipos de belleza influyen en todas las personas, pero son un factor de riesgo cuando están muy arraigados en nuestra vida”. Para hacerle frente a esto al momento de verse afectada la intimidad sugirió hacer una consulta a un especialista en sexualidad.
A la hora de reflexionar sobre los pensamientos que surgen sobre nuestros propios cuerpos, la médica instó a pensar cuántos son positivos y cuántos negativos, de dónde surgen, dónde los aprendimos y, fundamentalmente, si podemos desaprenderlos. Todo esto, dijo, forma parta del “entramado de un discurso social y cultural de años, de un deber ser erótico” que influye fuertemente en la sexualidad.
La especialista hizo hincapié en el debate que se debe dar alrededor de esto y de los “modelos no inclusivos” cuyas consecuencias recaen incluso en la sexualidad: “El miedo a la desnudez no viene de nacimiento, viene de la forma en la que como sociedad nos estamos vinculando. El poder sexual no puede verse apagado por el afuera”.