A nula llegó la producción de langostinos en el estado Falcón en los últimos dos años tras los reiterados eventos de derrames de petróleo registrados en esta zona occidental de Venezuela y que involucra a Petróleos de Venezuela (Pdvsa) como responsable del “enorme ecocidio causado en Río Seco”.
Por Crónica Uno
Los cardumen de larvas de camarón ya no se visualizan en las aguas del Golfete de Coro y la vida marina ha desaparecido, así se expresa el presidente y vocero de los Consejos Nacionales de Pescadores de Río Seco, Willmen Quintero, que ha salido al paso para exigir en nombre de los pescadores artesanales solventar una situación que lleva dos años en cuyo lapso han ocurrido 10 derrames de petróleos y dos fuga de gas de la tubería que empalma con el Complejo Refinador Paraguaná (CRP) en la refinería de Cardón y que atraviesa todo el Golfete de Coro.
Hace de tres a cuatro años cada embarcación podía pescar diariamente entre 30 a 40 kilos de camarón tipo langostinos en la zona. El mismo lugar donde se han asentado 10 derrames de petróleo y varias fugas de la tubería de gas que llega a Cardón, en la península de Paraguaná. “Hoy no pescamos ni un kilo de camarón”, dijo Quintero.
El primer derrame petrolífero y unas tres fugas ocurrieron a un kilómetro del pueblo, en la zona de Arajó y Maragüey, y cuyos restos fueron a depositarse en los manglares de Maragüey. Justo en esa misma zona conocida como La Hormiga está el escape de gas que no permite que salga algo del mar, es una área fangosa y es criadero de las larvas de camarón declaró a Cronica.Uno Frank González, pescador de más de 35 años de experiencia.
Eduardo Klein, profesor de la Universidad Nacional Experimental Simón Bolívar a través de sus redes sociales ha denunciado esta situación. «Los pescadores de Río Seco reportaron una nueva ruptura en el gasoducto submarino Pdvsa. Es la décima ruptura de esos tubos en menos de dos años. Por ahora, solo hay gas pero es cuestión de tiempo para que bote crudo. Esta falla está más cerca de la costa que las anteriores».
Así lo corrobora González, la fuga está entre milla a milla y media de tierra en la zona de anidación de aves y desove de peces, “pero los manglares están dañados por los constantes derrames”.
Las comunidades de occidente desde Miranda hasta Buchivacoa claman porque esta situación sea resuelta con rapidez por la estatal petrolera.