Mauricio Toro, el Representante a la Cámara que presentó al Congreso un proyecto de ley para acabar con las llamadas “terapias de conversión”, fue recusado este martes por su orientación sexual y por un supuesto “conflicto de intereses”.
La recusación fue presentada por un ciudadano contra Toro argumentando que la ley establece como conflicto de interés “una situación donde la discusión o votación de un proyecto de ley o acto legislativo pueda resultar en un beneficio particular, actual y directo a favor del congresista”.
A lo que añade que el proyecto de ley que buscar acabar con la discriminación de las terapias de conversión en Colombia “no es un proyecto de interés general, sino particular”, ya que “solo beneficia a las personas diversas como el representante Mauricio Toro, y no establece los mismos estándares de protección a personas heterosexuales”.
“Hoy la homofobia se paseó por el Congreso de la República”, lamentó en su cuenta de Twitter Toro, que condenó “los argumentos homofóbicos y discriminatorios” con los que se aprobó la recusación. Toro es el primer representante abiertamente gay del Congreso de Colombia.
En un comunicado conjunto de Toro y las organizaciones All Out y Volcánicas sostienen que “el argumento principal es que, por ser gay, Toro no puede presentar proyectos para proteger a la comunidad LGBTI por conflicto de interés. Jamás en el Congreso se ha recusado a una mujer, afro o campesino por defender su comunidad”.
El representante Carlos Eduardo Acosta celebró, a través de redes sociales, que se logró “hundir el proyecto de ley 461 de 2022”.
No obstante, el proyecto de ley no está hundido, sino que se suspendió el debate y se podrá debatir hasta el 20 de junio. Con el debate frenado, el siguiente paso es resolver de fondo la recusación tras cual se convocará una nueva sesión para debatir el proyecto, informaron a Efe desde la campaña del representante Toro.
EL PROYECTO
El pasado 10 de mayo fue radicado en la Cámara de Representantes un proyecto de ley para prohibir las mal llamadas terapias de conversión en el país que “atentan contra los derechos de la comunidad LGTB” y suponen torturas.
Violaciones correctivas, exorcismos, “retiros espirituales”, ritos y otras prácticas similares son algunos de los Esfuerzos de Cambio de Orientación Sexual, Identidad de Género o de Expresión de Género (Ecosieg), la forma adecuada de referirse a las popularmente conocidas como “terapias de conversión”.
En este sentido, el proyecto busca sancionar a los profesionales y no profesionales de la salud que sometan a terapias de conversión y crear mecanismos sancionatorios y agravantes de tipo penal a partir de “definir exactamente” lo que son y así evitar que las iglesias se escuden en que es su “libertad religiosa”.
El texto remarca que la homosexualidad o las identidades de género diversas no son una patología, no son una enfermedad que se pueda curar, algo reconocido por la Organización Mundial de la Salud.
Con información de EFE