“Los intelectuales, en su mayoría, mientras reivindican su papel de guías, se consideran libres de toda responsabilidad moral. SARTRE hubiera experimentado una gran sorpresa si se le hubiera pedido cuentas de los millones de cadáveres amontonados por los diversos regímenes totalitarios de los que fue propagandista toda su vida.” – JEAN-FRANCOIS REVEL
Es conocida la práctica común de la izquierda desde hace décadas de hacer propaganda a través de Manifiestos, Comunicados, Cartas, para encauzar a las personas hacia sus creencias o a los electores a votar por sus candidatos. En esta acción política, los intelectuales han jugado un rol central. Dicha acción siempre tiene una finalidad oculta: manipular a aquellos estratos sociales considerados inferiores (la masa poblacional votante) a fin de que piense y vote de acuerdo a las orientaciones de los intelectuales, ya que ellos, considerándose a sí mismos como seres superiores poseedores de una conciencia elevada por sus conocimientos, sabrían lo que más le conviene a la masa. Veamos de dónde procede esta forma elitesca de pensar.
El antecedente: Manifiesto de los intelectuales antifascistas
El 5 de marzo de 1934 se publica en Francia el Manifiesto del Comité de Vigilancia de los Intelectuales Antifascistas, integrado por comunistas y socialistas (promovido por el famoso físico Paul Longevin, el etnólogo Paul River y el filósofo Alain). Es un texto fundacional, el primero de una historia que llega hasta nuestros días, donde el estrato de los intelectuales (respetado por la sociedad francesa) toma partido como un actor político tras una noble causa: la lucha contra el fascismo.
Un evento inesperado sentenció a muerte al Comité: El Pacto de Amistad firmado por Stalin y Hitler en agosto de 1939. Los intelectuales comunistas franceses (PCF) acataron enseguida la línea del jefe y dejaron de ser antifascistas. Pero al invadir Hitler la URSS, en junio de 1941, volverían a serlo. Aron diría que eran traidores a su patria, Francia, puesto que en realidad su patria era la Unión Soviética.
Aunque el Comité de Intelectuales desapareció en 1939, el formato del Manifiesto lo adoptarían los partidos de izquierda de Occidente como recurso propagandístico de uso permanente.
Venezuela 1989: 911 intelectuales y artistas con Fidel
En nuestro país conocimos, en febrero de 1989, una copia del formato del Manifiesto francés. Aprovechando la visita del dictador comunista cubano Fidel Castro, invitado por el presidente Carlos Andrés Pérez a la juramentación de su segundo mandato, 911 Intelectuales y Artistas publicaron en el diario El Nacional el “Manifiesto de Bienvenida a Fidel Castro”.
Con ese Manifiesto, los firmantes quisieron enviar un mensaje implícito a los venezolanos: ustedes, como nosotros, deben preferir a Fidel frente al Presidente Carlos Andrés Perez y también a un régimen comunista por encima de la democracia venezolana.
Hoy los firmantes no pueden evadir su responsabilidad al haber contribuido al clima de desprestigio de nuestra democracia, lo cual destruyó las reservas morales y políticas necesarias para preservarla cuando hizo falta. Y tampoco pueden evadirla ante el parecido que hoy tiene Venezuela con Cuba, país que ha vivido en la miseria y la esclavitud por más de medio siglo.
Colombia 2022: 1.100 académicos con Petro
Se ha publicado en Colombia una carta de cientos de académicos brindando su apoyo al candidato Petro en las elecciones presidenciales del próximo 19 de junio.
Se afirma que la Carta “es resultado del trabajo comprometido de la academia”. Frase que tiene un aroma de mercancía vencida, pero que en la disputa cerrada por la presidencia a lo mejor se vende y contribuye a que gane el candidato izquierdista. El gran peligro que corren los colombianos es que, como pasó aquí en Venezuela, y como ha sugerido el candidato, luego de ganar la elección decida perpetuarse en el poder ejecutivo. Colombia no puede correr ese riesgo.