El ministro de Defensa Nacional de Uruguay, Javier García, compareció este lunes en el Senado para entregar información sobre el avión de carga venezolano-iraní al que no se le permitió aterrizar el pasado 8 de junio en ese país.
“Vinimos a hacer lo que tantas veces hacemos, que es informar de las decisiones que tomamos en áreas tan importantes como son la defensa y la seguridad de los uruguayos”, dijo el titular de la cartera, quien acudió a la Comisión de Defensa Nacional de la Cámara de Senadores para hablar sobre el veto al aterrizaje de la aeronave en Montevideo.
Así lo indicó durante una rueda de prensa, en la que subrayó la importancia de evitar cualquier circunstancia “que pueda significar una amenaza para la seguridad del país”.
“Había información que alertaba sobre este avión”, dijo García, quien explicó a los legisladores qué consideraciones lo llevaron a tomar esa determinación.
El ministro definió como “llamativos” los cambios en el plan de vuelo llevados a cabo por la tripulación, que solicitaba quedarse en Uruguay para descansar luego de haber estado en un hotel en Buenos Aires.
También dijo que el combustible que tenía la aeronave en el momento que le fue negado el ingreso al espacio aéreo uruguayo “triplicaba” el que necesitaba para retornar a Buenos Aires, lugar desde donde había despegado y que tenía como aeropuerto alternativo en su plan de vuelo.
Por su parte, la senadora del opositor Frente Amplio (FA, izquierda) Sandra Lazo, integrante de la Comisión, aseguró a Efe que su formación ve “con beneplácito” que García haya dado explicaciones.
No obstante, agregó que ahora deberán continuar analizando dicha información, algo que, explicó, no se puede hacer durante la hora y media del encuentro que mantuvieron en el Palacio Legislativo.
El régimen de Venezuela culpó a la autoridad aeronáutica de Uruguay por impedir el sobrevuelo del avión de carga.
El chavismo “rechaza categóricamente el irresponsable manejo que ofreció la autoridad aeronáutica del Uruguay, al revocar el permiso de sobrevuelo otorgado a la empresa venezolana Emtrasur, mientras que la aeronave se encontraba en el aire (…) para hacer su escala técnica de abastecimiento”, dijo días atrás un comunicado de la Cancillería de Nicolás Maduro.
El avión en cuestión, un Boeing 747 Dreamliner de carga, fue propiedad de la empresa iraní Mahan Air y actualmente pertenece a Emtrasur, filial del Consorcio Venezolano de Industrias Aeronáuticas y Servicios Aéreos (Conviasa), empresas que están sancionadas por el Departamento del Tesoro de Estados Unidos.
De hecho, la Justicia argentina lleva adelante una investigación para dilucidar los posibles vínculos de la tripulación con el terrorismo internacional.
El piloto del avión retenido en el aeropuerto de Buenos Aires, el iraní Gholamreza Ghasemi, tiene un presunto “vínculo” con la Fuerza Quds, una división de los Cuerpos de la Guardia Revolucionaria Islámica de Irán, según un informe enviado por el FBI a la Justicia argentina, confirmaron este domingo a Efe fuentes judiciales.
Hasta ahora, la Justicia retiró los pasaportes de los 19 miembros de la tripulación.
EFE