La junta militar de Birmania (Myanmar) confirmó este jueves el ingreso en prisión de la líder depuesta y nobel de la paz birmana, Aung San Suu Kyi, bajo arresto domiciliario desde el golpe de Estado del 1 de febrero de 2021.
Según un comunicado difundido por el portavoz de la junta militar, Zaw Min Tun, Suu Kyi ha sido traladada a una prisión de la capital, Naipyidó, donde se ha preparado “un lugar separado” para ella.
Suu Kyi, que ha sido condenada hasta el momento a 11 años de prisión por una parte de los cargos presentados por las autoridades castrenses, fue informada el martes en una de las vistas judiciales en las que participa semanalmente, según medios locales.
La decisión se produce después de que el pasado domingo cientos de birmanos se manifestaran en localidades de todo el país para pedir su liberación el día en que la nobel de la paz cumplía 77 años.
La política birmana lleva desde el golpe de Estado bajo arresto domiciliario en un lugar no revelado por la junta en la capital y su contacto con el exterior se limita a los breves encuentros con sus abogados en las vistas semanales, por lo que se desconoce si es consciente de la grave crisis en su país.
La líder depuesta, cuya liberación han pedido la ONU y numerosos gobiernos en todo el mundo, ha sido condenada por delitos como incitación contra la junta militar, vulnerar las leyes contra la pandemia, la posesión ilegal de dispositivos de comunicación y un cargo por corrupción tras varios juicios opacos.
Mientras que todavía afronta una decena de acusaciones de corrupción, castigada con hasta 15 años de cárcel, un cargo por presunto fraude electoral y otro por supuestamente vulnerar la ley de Secretos Oficiales, penada con un máximo de 14 años de prisión.
Los abogados de Suu Kyi, a los que la junta militar ha prohibido hablar con los medios de comunicación, han calificado previamente como una fabricación todas las acusaciones presentadas en su contra.
La líder depuesta, que pasó 15 años de arresto domiciliario bajo la antigua junta militar que se disolvió en 2011, se enfrenta a más de 100 años de cárcel por todos los cargos en su contra.
En 2009, Suu Kyi pasó 4 meses en prisión, después de que un estadounidense se colara en su vivienda donde se encontraba bajo arresto domiciliario, del que fue liberada en 2010.
FIN DE LA TRANSICIÓN DEMOCRÁTICA
El golpe de Estado encabezado por el general Min Aung Hlaing puso fin a la frágil transición democrática en Birmania y sumió al país en una profunda crisis política, social y económica, al tiempo que ha abierto una espiral de violencia con nuevas milicias civiles que han exacerbado la guerra de guerrillas que vive el país desde hace décadas.
El Ejército justifica el golpe por un presunto fraude masivo durante las elecciones generales de noviembre de 2020, cuyo resultado ha sido anulado y en las que el partido de Suu Kyi arrasó, como ya hizo en 2015, con el aval de observadores internacionales.
Más de 2.000 personas, incluidos unos 140 menores, han muerto a raíz de la brutal represión ejercida por policías y soldados, que han llegado a disparar a matar contra manifestantes pacíficos y desarmados, según los datos recabados por la ONG birmana Asociación para la Asistencia de Presos Políticos.
EFE