El Vigía es una comunidad de Bejuma, en Carabobo, que se encuentra en una de las salidas del municipio, apartada del área urbana y olvidada por completo por los gobiernos de turno.
Por Corresponsalía
En este lugar habitan alrededor de 76 familias y hay al menos unos 45 niños, una gran parte de estos habitantes requieren de casas dignas, han construido humildes viviendas de barro, plástico y lata, que muchas veces se han visto afectadas por los fenómenos naturales.
En el 2015 el Gobierno nacional construyó 20 casas de 60 que en ese entonces se necesitaban. Desde ese año no han vuelto a saber de planes habitacionales.
Los habitantes de esta comunidad, que no tiene cloacas, alumbrado público y el agua llega deficiente y en algunas casas ni hay, indicaron que la vialidad es una de las necesidades más grandes que tienen, ya que es completamente de tierra.
Solange Parra, vecina, contó que tiene tres niños y cuando llueve muy fuerte no puede enviarlos a la escuela, el camino queda completamente intransitable, se convierte en un solo lodazal. “Yo tengo que llevarlos caminando a la escuela que está en la parte céntrica del municipio y no podemos salir cuando llueve, no hay forma de caminar en medio del lodo”, contó.
Por su parte, José Guevara, contó que incluso en moto es un peligro transitar pues patinan en el barro y muchos se han caído.
Otra de las necesidades que tiene es el alumbrado, “las luces que hay las han puesto los mismos vecinos, incluso hay un tramo en el que no hay ni postes de alumbrado”, contó Carolina Páez, otra vecina.
Agregó que la Alcaldía no manda a las cuadrillas de limpieza para esta comunidad, “nosotros mismos limpiamos el monte de la vía porque es un peligro”, expresó.
Los habitantes de esta comunidad dicen sentirse olvidados por los gobernantes, “lo único que hizo el actual alcalde fue echarle un poquito de cemento a la rampa de entrada al sector, que se había deteriorado por el paso de los vehículos”, dijeron.
Solo esperan que en algún momento los tomen en cuenta se acerquen a este sector y vean de cerca las necesidades de esta humilde comunidad que en pleno siglo XXI carece de los servicios básicos para vivir dignamente.