Alexei Navalni es un abogado y político ruso, opositor del régimen de Vladimir Putin y considerado como el líder de la oposición de facto. Navalni está en prisión desde 2021 y ahora, a través de su cuenta oficial en Twitter, ha difundido las condiciones en las que está encarcelado, así lo reseñó 20 MINUTOS.
Navalni desapareció repentinamente de la prisión en la que estaba a mediados de junio antes de aparecer al día siguiente en una colonia penal conocida por las malas condiciones en las que viven los reclusos. El opositor está ahora en la prisión de máxima seguridad IK-6 Melekhovo, a unos 250 kilómetros al este de Moscú.
En un hilo en Twitter, Navalni comienza sarcásticamente comparando su situación con la del presidente ruso: “Putin tiene ministros sentados en la sala de espera durante seis horas, y mis abogados tienen que esperar cinco o seis horas para verme”.
“Tengo un altavoz en mi celda que reproduce canciones como Gloria al FSB (la agencia rusa de espionaje, sucesora de la mítica KGB), y creo que Putin también”, dijo Navalni.
“Putin, como saben, duerme hasta las 10 de la mañana, luego nada en la piscina y desayuna queso con miel. Pero para mí, las 10:00 es la hora del almuerzo. Porque el trabajo comienza a las 6:40”, prosigue el abogado.
Luego detalló su día normal, que implica 10 minutos para lavarse por la mañana seguido de 20 minutos de ejercicio. Luego lo registran y lo escoltan al trabajo donde se sienta en un taburete “por debajo de la altura de la rodilla” durante siete horas trabajando en una máquina de coser.
A esto le siguen horas sentadas en un banco de madera “bajo un retrato de Putin”, a lo que la colonia se refiere como “actividades disciplinarias”. Los sábados, los convictos solo trabajan cinco horas antes de ser enviados a sentarse nuevamente en el banco, afirma.
Y luego, en el único día libre, el domingo, la “administración de Putin” — quienes, según él, son “expertos en relajación”— lo obligan a sentarse en un banco de madera en una habitación durante 10 horas.
Su equipo escribió en Twitter: “Supongo que nunca me convertiré en un preso reformado”. “Solo he pasado una semana en mi nueva y acogedora prisión de alta seguridad y ya he recibido una reprimenda por el jefe de la institución'”.
Navalni afirma que si recibe otra reprimenda, que se realiza por razones arbitrarias o incluso inventadas por los guardias, podría ser enviado a una “celda de castigo”. Allí dijo que los presos podían “morir fácilmente de neumonía” o “romperse el cuello al caer de la cama”.