Hace ya varias semanas mi amiga y escritora, Yoyiana Ahumada, me envió su último trabajo. Un video sobre la tortura en Venezuela. ¡Dramático y terrible! No creo que tenga otras palabras para calificar tan duro mensaje.
Es una puesta en escena, dramatizada de teatro breve, donde el guión lo es todo. Las palabras en boca de tres personajes, dos de ellos torturadores, mientras el torturado es sometido a los más terribles momentos de dolor, humillación y miedo, crean todo el dramatismo y son la total y absoluta violencia.
En medio de un escueto espacio, propio de un centro de tortura, se van dando los diálogos mientras quienes torturan, Cerbero Certero (Nelson Lehmann) y la cuasi analfabeta mujer, Can Can (Iliana Betania), se dan a la tarea de entablar una conversación sobre una cotidianidad que bordea los propios límites de lo absurdo. Tanto por la incomprensión de ciertos términos, Can Can, como por las explicaciones que ofrece el torturador, Cerbero. Ambos descargan sus propias limitaciones sobre el cuerpo del torturado, Ricardo Martínez (Willian Cuao), quien es sometido a los más terribles y crueles dolores de la tortura, física y psicológica.
Un video drama que en poco más de 35 minutos resume el drama de la tortura en Venezuela. Una pesadilla denunciada desde hace más de 10 años y que se intensifica, se moderniza y hace más cruel y sádica, con la construcción de modernas edificaciones, introducción de nuevos métodos y sofisticados instrumentos tecnológicos de tortura.
El video, con un innovador recurso de ‘periodismo performático’, narra la historia de un joven que en 2017 participa de las protestas que se vivieron en Venezuela durante tres meses. El joven, Ricardo Martínez, habitante de una popular barriada caraqueña (La Vega), es apresado por protestar y denunciar al Tribunal Supremo de Justicia, que de manera arbitraria y con una sentencia políticamente sesgada, pone en riesgo el funcionamiento de la legítima Asamblea Nacional.
Seis meses de cautiverio, sometido a las peores torturas, con interminables interrogatorios y con el uso de la peor de las torturas, la psicológica; Ricardo quedará marcado para siempre por el sistema de tortura venezolano que se ha dedicado a desarrollar sus estrategias de violencia psicológica mientras amplia la cobertura de sus sistemas de vigilancia, en el control y seguimiento de las llamadas telefónicas al 20% de la población.
La modernización de la tortura en Venezuela cuenta con la denominada ‘tortura blanca’. En los sótanos de los centros de detención y tortura existen espacios, a varios metros de profundidad, donde el silencio es total y absoluto, las paredes están pintadas de blanco y el frío que sale de los sistemas de ventilación de los aires acondicionados en brutal. Las celdas son espacios diminutos donde el preso cautivo debe convivir en la más terrible soledad. O la llamada ‘Caja de muñecas’, espacio de no más de 60x60x275 centímetros, donde el secuestrado solo tiene la posibilidad de estarse de pie, sin movimiento alguno, durante varios días; “sin ventilación ni luz, sin alimentos ni agua”.
En la Venezuela del 2022 nada ha cambiado para mejorar, por el contrario, en el caso de la tortura, ésta se ha intensificado y sino aparece reseñada en los medios de comunicación es porque, por una parte, ya no se trata de secuestro de decena de ciudadanos, sino que se hizo selectiva, y, por otra parte; el férreo control, censura y secuestro de medios de comunicación, impide que estos hechos se divulguen.
Sin embargo, centros de estudios internacionales encargados de la defensa y denuncia contra la violación de los derechos humanos, entre ellos el Instituto Casla, con sede en Praga, hacen seguimiento a los casos que en la actualidad ocurren en Venezuela.
Cuando el gobierno de un Estado se vuelve controlador, autoritario y arbitrario, cae siempre en el abismo de los regímenes totalitarios y hegemónicos. Toda actividad política que lo adverse siempre será acallada, opacada y silenciada por los servicios de inteligencia policiales y militares, usando del secuestro, cautiverio y tortura de los ciudadanos opositores su medio predilecto para mantenerse en el poder. Es el caso del actual régimen totalitario de izquierda radical venezolano.
Con el apoyo del portal venezolano, El Pitazo este video cuenta la aberración y sadismo de la tortura en Venezuela. Una bien elaborada obra de teatro breve, concebida y dirigida por la escritora y poeta, Yoyiana Ahumada, en la serie ‘Te la Cuento Yo’, que puede ser vista por este enlace: https://youtu.be/8G18CC8BL4U
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