Así ha ocurrido cuando el pleno de la Corte decidió invalidar la destitución de Joseph Kennedy, un entrenador de fútbol, reiterando de esta manera el sagrado derecho del pueblo americano de practicar sus libertades tanto de expresión como de sus creencias religiosas. El Sr Kennedy había entrenado durante siete años los equipos de la escuela secundaria de Bremerton, cerca de Seattle (noroeste) y había sido despedido por rezar antes o después de las prácticas.
“Una entidad gubernamental quería castigar a un individuo por una práctica religiosa breve, tranquila y personal”, “la Constitución no ordena ni aprueba este tipo de discriminación”, escribió el juez Neil Gorsuch en su nombre, (nominado por el el ex presidente Trump en enero del 2017). Después de cada partido, el entrenador se arrodillaba en oración en medio del campo, a veces acompañado por sus jugadores. En 2015, las autoridades escolares le pidieron que se abstuviera de esta práctica “citando una sección de la Primera Enmienda de la Constitución que prohíbe que el estado y sus empleados fomenten el “establecimiento” de una religión, es decir, financiar o promover su práctica”. Esta práctica no era exigida ni sugerida a sus estudiantes.
Como se negó a esta exigencia las autoridades escolares no le renovaron el contrato, lo cual obligó al entrenador a emprender acciones legales, basándose en otra disposición de la Primera Enmienda, la cual garantiza la libertad de religión y expresión. Es de hacer notar que en todas estás decisiones, las cuales muchos las califican de ultra conservadoras, están impulsadas por las firmas de los jueces Samuel Alito, de padres italianos, de religión católica, quien fue nominado el 31 de octubre del 2005 por el presidente Georges Bush y por el juez afro americano Clarence Thomas, nominado igualmente por el presidente Bush el 23 de octubre del año 1991. Este Juez, quien es militante del partido Republicano, casado con una jurista de raza blanca, catolico practicante y ex seminarista, es junto con los jueces Neil Gorsuch y Samuel Alito, un defensor de la ley natural.
Siempre orientado hacia el respeto de las libertades, en octubre este juez cumple 41 años de magisterio. En mayo Thomas presentó una ponencia proponiendo al pleno de la Corte Suprema que el Ayuntamiento de la ciudad de Boston debería permitir que un grupo cristiano exhibiera su bandera en el Ayuntamiento. La semana pasada, dictaminó que el estado de Maine no podía excluir a las escuelas confesionales de un sistema de ayuda pública. Como es de suponer ambas ponencias fueron aprobadas.
Thomas es a menudo descrito como un originalista, o textualista a quien también se le describe como el miembro más conservador de la Corte Suprema, aunque otros le dieron al juez Antonin Scalia, (fallecido el 13 de febrero del 2016 y como Alito hijo de inmigrantes italianos) esa designación. Scalia y Thomas tenían filosofías judiciales similares pero no idénticas.
La jurisprudencia de Clarence Thomas también ha sido descrita como similar a la del Juez Hugo Lafayete Black, quien “resistió la tendencia a crear una política social de puro papel “. (Para los seguidores del derecho natural, crear leyes nuevas sin referencia a la lógica o las costumbres de la sociedad provoca que las leyes sean solo un papel, el cual no consigue hacerse valer). Se podría agregar a que Thomas generalmente se niega a participar en la elaboración de leyes judiciales y, en cambio, considera que el papel constitucional de la corte es la interpretación de la ley, más que la elaboración de la ley. Sus últimas ponencias así lo demuestran.
También hemos visto, sorpresivamente, cómo la Corte Suprema de Justicia de los Estados Unidos, reafirmó el jueves el derecho de los ciudadanos a portar armas de fuego en público. El fallo de 6 votos contra 3 anula una ley de Nueva York que databa de 1913, la cual requería “que una persona demostrara que tenía necesidades legítimas de defensa personal para recibir un permiso de porte de armas e impedirá a los estados restringir ese derecho por lo que esta decisión fue tomada bajo el argumento legal de que Nueva York estaba violando la segunda enmienda de la constitución, que garantiza el derecho a portar armas, al requerir una razón para ir armado en público”.
El juez Clarence Thomas, quien fue el ponente, dijo que “las Enmiendas Segunda y Decimocuarta protegen el derecho de un individuo a portar un arma de fuego para defensa propia fuera del hogar”. “El requisito de causa justificada de Nueva York viola la Decimocuarta Enmienda al impedir que los ciudadanos respetuosos de la ley con necesidades ordinarias de autodefensa ejerzan su derecho de la Segunda Enmienda de poseer y portar armas en público para la autodefensa”, agregó.
Otro juez que respaldó el fallo, Samuel Alito, desestimó los argumentos de que las armas de fuego fuera de los hogares generan una gran violencia, incluso cuando se trata de tiroteos masivos. “Muchos estados han tratado de abordar algunos de los peligros de la violencia con armas aprobando leyes que limitan, de varias maneras, quién puede comprar, portar o usar armas de fuego de diferentes tipos”, dijo el juez Stephen Breyer nominado por el ex presidente Bill Clinton en agosto del año 1994.
“No conocemos ningún otro derecho constitucional que un individuo pueda ejercer sólo después de demostrarle a los funcionarios del gobierno alguna necesidad especial”, escribe el juez Thomas. “No es así como funciona la Primera Enmienda cuando se trata de un discurso impopular o del libre ejercicio de la religión. No es así como funciona la Sexta Enmienda cuando se trata del derecho de un acusado a confrontar a los testigos en su contra. Y no es así como funciona la Segunda Enmienda cuando se trata del porte de armas públicamente para la autodefensa”.
“El requisito de la debida justificación de Nueva York viola la Decimocuarta Enmienda en la medida en que le impide a los ciudadanos respetuosos de la ley con necesidades ordinarias de autodefensa ejercer su derecho a poseer y llevar armas”, concluye la opinión mayoritaria.
El derecho a la vida es un derecho humano inherente y el derecho a defender tu propia vida de la violencia es inherente a ese derecho. Esto es exactamente lo que la Segunda Enmienda debía consagrar. La decisión de la Corte afirma que “la Segunda y la Decimocuarta Enmienda protegen el derecho de un individuo a llevar un arma de mano para la autodefensa fuera del hogar” sin necesidad de acomodarse a los caprichos subjetivos de algún burócrata.
Concluyo esta nota con algunas constataciones que espero puedan ser motivo de reflexión.
En el año 2020 hubo 930.160 abortos en Estados Unidos, frente a 862.320 en 2017.
En 2021, unas 107.000 personas murieron en EE.UU. por sobredosis de estupefacientes y sustancias psicotrópicas. Según datos preliminares publicados por las autoridades sanitarias del país, esta cifra corresponde a un aumento del 15% en comparación con el año 2020.
La Administración Nacional de Seguridad del Tráfico en las Carreteras (NHTSA) del Departamento de Transporte de los Estados Unidos informó que 38,824 vidas se perdieron en choques de tráfico en todo el país.
En el año 2021 por armas de fuego en los Estados Unidos se registraron 45.010 muertes violentas de las cuales 25.000 suicidios por arma de fuego y 19.350 homicidios según Gun Violence Archive.com. La tasa de homicidios por arma de fuego es de 0.3 %. La población de los Estados Unidos es de 330 millones de habitantes.
Los Estados Unidos de América, compleja nación, donde se confunden y se encuentran las grandes contradicciones del mundo actual.
Raúl Ochoa Cuenca en Anfi del Mar el 3 de julio del año 2022.
Fuentes: BBC en español.www.elpais.com www.nhtsa.gov/es www.swissinfo.ch www.cdc.gov/spanish ww.nuso.org/revista