Nicolás Maduro y su régimen no entienden cómo si protegían a Iván Márquez, jefe de la segunda Marquetalia y disidente de las Farc, este terminó muerto en territorio venezolano. Aunque cuando murieron Jesús Santrich, Romaña, ‘El Paisa’ y Gentil Duarte, Maduro guardó silencio como estrategia para no reconocer lo obvio: que fue cómplice de estos criminales y los tuvo en su territorio, en el caso de Iván Márquez las cosas son a otro precio. Sin duda su cercanía con Hugo Chávez y Nicolás Maduro es de décadas.
Por semana.com
Tan pronto se supo que Márquez estaba muerto, el Régimen de Maduro inició una cacería interna para pedir explicaciones a este hecho y encontrar a los responsables. Por esta razón, Maduro lanzó una “alerta” a sus fuerzas y comenzó una serie de acusaciones falsas contra el Gobierno Duque sobre supuestos ataques que se estarían planeando en Colombia en su contra. Solo un sofisma de distracción.
Márquez habría sido ultimado por un comando especial de ajuste de cuentas. Así habría caído en medio de un ataque en territorio venezolano. ¿Qué le falló a la guardia que lo cuidaba? Quizá las traiciones y mucho dinero de por medio. Algunas hipótesis hablan de una posible retaliación por la muerte de Gentil Duarte, en medio de la guerra de narcos en la frontera colombo-venezolana.
Tanto el presidente Iván Duque como su ministro de Defensa Diego Molano confirmaron que el gobierno y las Fuerzas Armadas colombianas tenían la información de la muerte de Márquez en Venezuela y que estaban en labores de verificación.
Una fuente de alta credibilidad le dijo a Semana, “todo está confirmado, no hay duda, Iván Márquez está muerto y todo ocurrió en Venezuela”. Las primeras informaciones que encendieron las alarmas llegaron a inteligencia por medio de los monitoreos de las comunicaciones de los disidentes en territorio colombiano. En ellas se escuchaban llorando y comentando la noticia de la muerte de su comandante Márquez. Otras fuentes humanas también lo han confirmado.
Iván Márquez vivía en Venezuela
La historia de Iván Márquez en Venezuela es de muchos años. Cómo olvidar, por ejemplo, la fotografía de Piedad Córdoba con Márquez, Santrich y Granda en el Palacio de Miraflores todos con boina de las Farc, incluida ella. El escándalo explotó en 2007 en medio de las liberaciones de los secuestrados. Trascendió que ese día estaban en una cita con el entonces presidente Hugo Chávez. Se sabe que Márquez permanecía en Venezuela y de hecho cuando empezaron las negociaciones del Gobierno Santos con el grupo criminal, fue desde ese país que salió el avión del entonces jefe negociador de las Farc hacia La Habana. Por eso Iván Márquez no dudó en esconderse cruzando la frontera, cuando regresó al narcotráfico con las disidencias, aún después de haber firmado La Paz.
En ese país Márquez gozaba de protección, y ayuda económica que, incluso, le permitió rearmarse en 2019 cuando anunció al lado de Santrich, El Paisa y Romaña que su organización narcotraficante estaba de regreso. Incluso, con alias Jhon Mechas, intentaron asesinar al presidente Iván Duque en Cúcuta. Todo se planeó desde Venezuela y fue cruzando la frontera como se escondieron, tras cometer el atentado el 25 de junio de 2021.
Iván Márquez traicionó a los colombianos y traicionó el acuerdo de paz. De tal manera que cayó en su propia ley, la del narcotráfico. Mientras tanto, Nicolás Maduro y el Cartel de los Soles se quedarán sin una de sus fichas clave para el negocio de la cocaína. El indictmen de una corte de los EEUU contra Maduro incluye no solo a generales corruptos venezolanos, sino, a Santrich y a Márquez, ya
muertos. Se trata de un potente entramado de narcotráfico. De hecho, Marlon Marín, extraditado a EEUU contó todo sobre las andanzas de su tío Iván Márquez, quien siguió con el “negocio” de la cocaína después de firmar La Paz con Juan Manuel Santos en La Habana.
Maduro perdió con la muerte de Iván Márquez un gran aliado en sus fechorías, Colombia, en cambio, se libra de uno de los peores criminales de la historia del país, a quien congresistas ya le estaban ambientando el regreso al proceso de paz sin importar su accionar criminal. Le querían dar “una segunda oportunidad”. Una bofetada a los colombianos inermes.