Una medida de desalojo inmediato del matadero municipal de Bejuma, en Carabobo, dictada por el actual alcalde, Lorenzo Remedios, mantiene paralizado el servicio de matanza de reses en la jurisdicción, afectando a las carnicerías, dueños de ganado y dejando en el aire, al menos, a 35 trabajadores.
Por Corresponsalía
Así lo informaron los encargados del matadero municipal, Yusmey León y David Hernández, representantes de Inversiones Cedeño David Rafael C.A., quienes explicaron que este 4 de julio recibieron una notificación de desalojo del lugar y que solo tienen tres días para acatarla, lo que catalogaron de arbitrario.
“Están alegando incumplimiento de licitación y de las medidas sanitarias, cosa que no es verdad”, aseveran.
Con respecto al tema de la licitación, los representantes de la empresa explicaron que el padre de David Hernández estuvo a cargo del matadero por unos 20 años, luego quedó él asumiendo tal responsabilidad.
“Hubo un vacío legal por un tiempo, hasta el año pasado que decidimos legalizar nuestro estatus. No hubo licitación, porque se tomó en consideración todos los años que tenemos en este lugar. Además, el servicio que prestamos es privado”, explicaron.
En cuanto a la salubridad, aseguraron que cumplen las medidas sanitarias. El equipo de La Patilla recorrió el lugar el día martes 5 de julio y se observó el matadero en óptimas condiciones. Hernández explicó que él realizó modificaciones y remodelaciones para adecuar este lugar.
La medida afecta de manera directa a 15 trabajadores del lugar de quienes se desconoce si serán asumidos por la nueva administración y 20 empleos indirectos. Igualmente, se pone en riesgo el suministro de carne en Bejuma, pues el ganado que ahí se sacrifica va a las carnicerías de este municipio y en estos días no han podido trabajar.
También quedan en el aire varias familias de bajos recursos que recibían mensualmente un donativo de proteína animal por parte del matadero.
Los declarantes pidieron reconsiderar la medida, al tiempo que manifestaron sentirse amedrentados. “Nos han instalado una alcabala de la policía municipal afuera que nos mantienen vigilados”, dijeron.