Hong Kong instaurará un sistema de vigilancia basado en un brazalete para controlar los movimientos de aquellos contagiados por covid que han de permanecer en sus hogares, recoge hoy el rotativo local South China Morning Post.
El plan, desvelado este lunes por el nuevo secretario de Sanidad de la excolonia británica, Lo Chung-mau, requerirá que los pacientes que reciban permiso para aislarse en sus domicilios en lugar de en centros de cuarentena gubernamentales lleven un brazalete electrónico que vigilará sus movimientos.
“Todos estamos de acuerdo en que los que tienen covid no deberían salir y perjudicar al resto de la población”, aseguró Lo.
El territorio sigue una política de tolerancia cero contra el coronavirus similar a la vigente en la China continental e incluye el aislamiento de todos los contagiados en instalaciones especializadas o en hogares.
Sin embargo, expertos citados por el diario siembran dudas sobre la idoneidad de estos dispositivos: “¿Cómo comprarán víveres para varios días los ancianos que no pueden salir de sus casas? ¿Qué pasará cuando los cabezas de familia no pueden ir a trabajar y su empleo no les permite trabajar desde casa?”, se pregunta el doctor Joseph Tsang, de la Asociación Médica de Hong Kong.
La pulsera recopilará información sobre la ubicación de los que la llevan a través de señales de Bluetooth, redes inalámbricas o GPS.
Sin embargo, existe también incertidumbre sobre la precisión de las pulseras: “¿Son lo suficientemente efectivas como para detectar que alguien sale de su apartamento en un piso 16 para bajar al tercero?”, cuestiona Tsang, que avisó de que algunos pacientes podrían simplemente “quitárselas y colgarlas en su casa” antes de salir.
El presidente honorífico de la Federación de Tecnología de la Información de Hong Kong, Francis Fong Po-kiu, advirtió en el rotativo de que “el margen de error de las pulseras podría oscilar entre los 50 y los 100 metros”.
No es la primera vez que las autoridades de Hong Kong recurren a algún tipo de pulseras para vigilar los movimientos de grupos de personas de riesgo: ya en 2020, los pasajeros que llegaban a la ciudad semiautónoma recibían una pulsera con un código QR que debían escanear, un dispositivo que ha evolucionado en estos dos años a brazaletes capaces de registrar los movimientos.
Desde su reciente nombramiento el pasado 1 de julio, Lo también ha anunciado su intención de instaurar un sistema de colores para identificar el riesgo de una persona a su entrada a lugares públicos.
El método, similar al vigente en las principales ciudades de la China continental, se basa en la aplicación móvil “Leave Home Safe”, ideada originalmente para mostrar el estado de vacunación de una persona y que mostrará un código rojo en aquellos usuarios que hayan dado positivo por covid y amarillo en los que se hallen en período de cuarentena después de haber llegado del exterior.
Los usuarios en amarillo y rojo tendrán prohibido el acceso a lugares públicos clasificados de “alto riesgo”, aunque expertos citados por la prensa local señalan los puntos débiles del sistema: “La gente podría usar el código de un amigo para burlar el control”, advierten.
Desde el comienzo de la pandemia, se han registrado entre la población de Hong Kong, de unos 7,4 millones de habitantes, 342.359 casos de covid-19 y 9.419 fallecidos.
EFE