El papa ha nombrado a tres mujeres como miembros del Dicasterio (ministerio) para los Obispos, una decisión en línea con la intención de Francisco de dar mayor visibilidad y liderazgo a las mujeres en la estructura interna de la Iglesia, informó hoy el Vaticano.
Se trata de Sor Raffaella Petrini, secretaria general de la Gobernación del Estado de la Ciudad del Vaticano; Sor Yvonne Reungoat, exsuperiora general de las Hijas de María Auxiliadora, y María Lia Zervino, presidenta de la Unión Mundial de Organizaciones Femeninas Católicas.
El nombramiento ha sido comunicado por la Oficina de prensa de la Santa Sede en su boletín diario de actividades que incluye las renuncias y nombramientos aprobados por el pontífice, sin ofrecer mayores detalles.
En febrero pasado, Francisco ascendió a secretaria de la Comisión Pontificia para América Latina a la argentina Emilce Cuda, hasta entonces jefa de la Oficina de la esta misma institución, que se sumó a otras secretarias, como la religiosa Stefania Smerilli en el Dicasterio para el Desarrollo Humano integral o la francesa Nathalie Becquart, subsecretaria del Sínodo de los obispos.
El papa ha reiterado en numerosas ocasiones su intención de hacer más visibles a las mujeres en el seno de la Iglesia como parte de las medidas reformadoras de Francisco, cuya intención es agilizar, modernizar y hacer más transparentes modernizar las instituciones eclesiásticas.
La nueva Constitución “Praedicate Evangelium” (Predicad el Evangelio) implementada por Francisco y que entró en vigor el pasado 5 de junio abre la puerta a una mayor presencia de laicos y mujeres en la administración
Entre los principios generales del documento figura “la especificación de que todos -y por lo tanto también los laicos y los fieles laicos y laicas – pueden ser nombrados en funciones de gobierno de la Curia romana, en virtud del poder vicario del Sucesor de Pedro”.
Además, el también nuevo dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vocación de la nueva Curia vaticana tendrá, entre sus objetivos, el de “profundizar la reflexión sobre la relación entre el hombre y la mujer en su respectiva especificidad, reciprocidad, complementariedad e igual dignidad”.
Así como ofrecer “su contribución a la reflexión de la Iglesia sobre la identidad y la misión de las mujeres y los hombres en la Iglesia y en la sociedad, promoviendo su participación, valorando las peculiaridades de las mujeres y los hombres, y elaborando también modelos de funciones de liderazgo para las mujeres en la Iglesia”, según se precisa en el documento.
EFE