Irónicamente el barrio San Luis colinda con las orillas del Lago de Maracaibo. Este populoso sector de pescadores no recibe agua por tubería desde hace más de una década y se han declarado en emergencia humanitaria.
Corresponsalía lapatilla.com
María Huerta tiene 68 años viviendo en la zona. Dijo que los últimos 10 años con la entrada de la vejez a su vida llegó la calamidad en los servicios primordiales en la zona. No hay agua potable para ingerir, tampoco tienen para el aseo personal y menos para los quehaceres del hogar.
Huerta dijo que tristemente deben lavar la ropa, los platos y limpiar la casa con el agua del lago, no apta para el consumo humano.
Por ser una zona donde la mayor fuente de empleo la genera la pesca, lógicamente el alimento que más comen es el pescado. “Ya todos saben que cuando se come pescado, la casa y los corotos quedan con eso olor tan fuerte y feo. Acá no llega el agua y lavamos con agua del lago. Nos hemos enfermado del estómago, de la piel y de otras cosas más. A veces, una vez a la semana, la alcaldía envía dos o tres camiones con agua dulce, pero no sacamos ni a una pipa, porque somos como tres mil familias en la zona”, dijo.
Huerta y su hermana de 80 años se aprecian deshidratadas, la piel tostada y acanalada por, según ellas por la llegada de los años, por el exceso de sol a las que están expuestas, pero también por el poco consumo de agua. Ambas trabajan limpiando pescado en las orillas del río para garantizar por lo menos una comida al día.
Otro de los factores que afectan a los habitantes de este barrio es la falta de gas directo, por lo que deben comprar bombonas de gas para cocinar.
Aunado a estas dificultades, el módulo de salud, ubicado en la zona en el municipio San Francisco, está cerrado desde hace más de dos años, y la casa hogar Amor y Fe que atiende a los pacientes que padecen de la enfermedad de Huntington, mejor conocido como mal de San Vito, también arriba a una década cerrada.
Sus habitantes contaron a La Patilla que, a su juicio, han caído las siete plagas de Egipto en la zona. Piden ayuda desesperadamente y atención para los enfermos de Huntington, quienes según el relato de los vecinos, se encuentran en una fase crítica por la mala alimentación y la falta de atención médica, pues las familias no poseen los recursos para costear los medicamentos y tratamientos para esta enfermedad que calificaron como implacable.