Suelen ser utilizados para ocultar dinero, armas, drogas e incluso para la comisión de ciertos delitos como producción de narcóticos, tortura, violación, secuestro y desaparición forzada.
Por infobae.com
Este martes 12 de julio, un intenso enfrentamiento entre pistoleros sinaloenses y policías de la Ciudad de México cimbró el sur de la capital. El escenario de la refriega fue una casa de seguridad localizada en la zona de Topilejo, en la alcaldía Tlalpan, donde semanas atrás se reportaron denuncias ciudadanas que señalaron la presencia de hombres armados.
Las denominadas “casas de seguridad” son espacios, normalmente ubicados en inmuebles o domicilios, que son considerados como seguros por el crimen organizado. Suelen ser utilizados para ocultar dinero, armas, drogas e incluso para la comisión de ciertos delitos como producción de narcóticos, tortura, violación, secuestro y desaparición forzada.
Anteriormente las “casas de seguridad” solían corresponder a inmuebles abandonados o de difícil acceso, sin embargo, en los últimos años se ha notado un incremento de casas de seguridad en zonas habitacionales y de alto tránsito, detalló el Observatorio de Reclutamiento del gobierno de México.
Aunque posiblemente hay “casas de seguridad” del narco en prácticamente todo el país, la mayoría de las veces son lo suficientemente discretas para pasar inadvertidas por los vecinos. Sin embargo, hay ciertas señales que podrían despertar sospechas: si no se aprecia que viva alguna familia, que no haya presencia de niños, que llegues autos diferentes (algunos sin placas) todos los días y que tenga mucha actividad a altas horas de la noche.
Como estas casas, hay muchas en todo el país. Muchas veces son tan discretas que los vecinos del lugar no se dan cuenta que tienen entre ellos una casa de seguridad. Estas son solo algunas claves para poder identificar estas “casas de seguridad”: No se aprecian que viva alguna familia No se aprecien que salen a jugar niños Llegan autos diferentes todos los días y sobre todo a altas horas de la noche.
Las dos organizaciones narco más poderosas del país, el Cártel de Sinaloa y el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), cuentan con un largo historial de “casas de seguridad”. En más de una ocasión las autoridades mexicanas han detectado y desmantelado este tipo de recintos a las dos organizaciones.
En el caso de la organización sinaloense, también conocida como el Cártel del Pacífico, se ha registrado que “El Chapo” tenía al menos siete casas de seguridad en Culiacán, Sinaloa. Algunas de ellas contaban con túneles para escapar. Una de las más notorias estaba ubicada sobre la calle Río Humaya, sin número, en la colonia Guadalupe, la cual contaba con salida directa al drenaje que partía de la tina del cuarto principal y se levantaba por medio de un mecanismo que daba acceso a un túnel de unos 8 metros de longitud.
En mayo de 2016, una de las “casas de seguridad” del Cártel de Sinaloa, situada en la colonia Las Quintas, en la ciudad de Culiacán, protagonizó un siniestro que provocó la movilización de fuerzas federales y del Ejército.
Todo empezó por una explosión que alertó a los vecinos de la colonia, quienes pidieron la intervención de elementos de Protección Civil y otros cuerpos de auxilio como los bomberos, quienes al llegar encontrar el portón del inmueble totalmente destrozado.
Sin embargo, después de inspeccionar el interior del inmueble, también fue requerido personal de la Procuraduría General de la República (PGR) y del Ejército Mexicano, pues se descubrió que el lugar fungía como un presunto narco laboratorio de drogas.
En el caso del CJNG, se han detectado varias “casas de seguridad” en la zona metropolitana de Guadalajara, en las que se presume que cientos de personas fueron torturadas, desmembradas y enterradas en fosas clandestinas.
El 27 de noviembre de 2020, en la colonia Loma Bonita, en Zapopan, vecinos alertaron a un convoy del Ejército que transitaba por el sitio sobre el secuestro de una mujer, quien era vigilada por tres presuntos sicarios del Cártel Jalisco. En el lugar fueron asegurados fusiles de asalto, 47 cargadores y chalecos antibalas con las insignias CJNG.
En los meses anteriores, en una sucesión siniestra las autoridades hallaron una finca del terror en el Fraccionamiento Lomas del Pedregal, en Tlajomulco. Se trataba de una casa de seguridad que mantenía en retenidos a nueve personas, una de ellas fue declarada sin vida. Las autoridades informaron del decomiso de 10 fusiles calibre .223, 13 placas de autos falsas, tres radios de comunicación, siete aros aprehensores y 12 chalecos antibalas con logotipos de la Fiscalía del Estado y de la extinta Fiscalía General del Estado.
Ese año, el 11 de abril de 2020, dentro de una residencia en la colonia La Estancia, a la que había llegado un reporte sobre un incendio, la policía encontró cinco cadáveres. Se hallaban con las manos atadas y con marcas en el cuello. Según la fiscalía del estado, se encontró una tabla con la que habrían torturado a los occisos.
Pocos días antes, un comando disparó más de 200 veces contra un inmueble localizado en Del Reno Poniente y Búfalo, en el Fraccionamiento Bugambilias, en Zapopan. No hubo lesionados; sin embargo, durante un cateo se localizaron en la vivienda dos armas, cargadores, cartuchos y equipo táctico. En la azotea se halló, además, una pistola y 500 bolsas de cristal, así como 41 envoltorios de marihuana.