Controles ineficientes
El Ministerio de Poder Popular para la Salud del gobierno presidido por Nicolás Maduro es el principal responsable y el primer filtro para evitar las prácticas de medicina ilegal, subraya Huníades Urbina, secretario académico de la Academia Nacional de Medicina y pediatra intensivista de amplia experiencia.
“El Ministerio de Salud tiene un departamento que debe chequear estas credenciales (de todos los médicos en el país). Nos asignan una matrícula”, entre otros documentos que certifican sus estudios, dijo a la Voz de América.
Un segundo paso en la cadena de controles yace en los departamentos de recursos humanos de los centros públicos y privados de salud, apuntó.
El caso de quienes ejercen ilegalmente la medicina en consultorios privados ya se escapa de la competencia ministerial, indica. La proliferación de médicos falsos en Venezuela tiene su origen en la avaricia, cree el especialista.
“Estos delincuentes ven la oportunidad de ganarse un dinero atentando contra la vida y la salud de los pacientes. Ven cuánto se cobra por una consulta, se ponen una bata médica y hacen cualquier barrabasada”, advierte.
Venezuela vive una aguda crisis económica desde hace nueve años, en los que hubo un proceso hiperinflacionario por más de 48 meses continuos y la devaluación de la moneda nacional pulverizó el poder de compra ciudadano.
Urbina estima que los criminales detenidos aprovechan “la gran credibilidad” que tienen los médicos venezolanos como “forma de ganar dinero fácil”. El aumento reciente de las denuncias obedece a que los pacientes notan la falta de experticia del impostor, no reciben tratamiento adecuado y denuncian, opina.
Un médico con más de dos décadas de experiencia en el campo de la cirugía cardiovascular de Venezuela también apuntó a la falta de controles.
“La evaluación de credenciales pasa por las autoridades y las instituciones del ministerio de Salud”, dijo a la VOA, bajo condición de anonimato por temor a represalias.
El médico, que recientemente compartió quirófanos con uno de los doctores con credenciales falsas, cita ejemplos de controles férreos para ejercer la medicina en otros países, como por ejemplo Estados Unidos.
“No solo basta con llevar documentos y soportes. Quien aspire a pertenecer a un centro clínico o a un grupo de traumatólogos, por ejemplo, debe acudir al FBI y ante la DEA (Agencia antidrogas del gobierno) para confirmar antecedentes, verificar sus registros, que te autoricen a emitir recetas”, comentó.
Otros organismos del Estado y la sociedad civil, como el ministerio de Educación, el Colegio de Médicos de cada región en Venezuela, el sistema de identificación nacional y hasta las embajadas deben involucrarse en la aplicación de controles y verificación de credenciales de la medicina local, dijo el médico.
La Ley del Ejercicio de la Medicina en Venezuela atribuye a los colegios médicos competencias menos encaminadas a las certificaciones de credenciales, y más apegadas a velar porque se cumplan normas éticas.
Su artículo 56 los llama a “cooperar con los organismos oficiales en la vigilancia del cumplimiento de las normas legales” del ejercicio de la medicina”, pero el deber de velar por las autorizaciones para practicarla recae sobre el Estado.
El gobierno venezolano no se ha pronunciado sobre los casos de prácticas ilegales de la medicina, mientras en el sector denuncian que existen condiciones precarias para atender pacientes en centros asistenciales.
“Nadie supervisa”
La falta de valores y de formación ética y moral entre los venezolanos es génesis de los ejercicios criminales de la medicina, según Freddy Pachano, médico pediatra y responsable de los estudios de postgrado de la Facultad de Medicina de la centenaria Universidad del Zulia, en el occidente del país.
Para él, solo hay una razón de la proliferación de doctores falsos en la nación suramericana en tiempos recientes: “la falta de supervisión y de sanción”.
“En la medicina, (el problema) es la falta de poder y acción de los entes reguladores” del Estado, dijo a VOA.
El rol del gremio médico, representado en las seccionales regionales de su colegio, también es vital, opina. Asegura, además, que “no hay leyes claras” en Venezuela sobre esa revisión y certificación de credenciales médicas.
“Nosotros (en LUZ) hemos pedido la obligatoriedad de la certificación y recertificación cada cierto tiempo, de forma obligatoria, de los profesionales en las áreas de la salud, pero eso no tiene apoyo puesto que amerita estudiar y tener la posibilidad de ser reprobado y no poder ejercer”, advierte a la VOA.
Pachano afirma que ningún ente estatal o centro privado y público de salud demanda la actualización de los estudios médicos. “Es un serio problema”, dice.
En Venezuela, “nadie supervisa a quien ejerce” y hasta se permite el ejercicio de la medicina “sin autorización de los Colegios de Médicos”, denuncia.
Recuerda, asimismo, que el gobierno venezolano promovió modificaciones de la Ley de Ejercicio de la Medicina para incluir a los llamados médicos integrales comunitarios. El chavismo promovió un programa de formación de seis años para atender la medicina preventiva y de atención primaria de salud, en coordinación con la Misión Médica Cubana y dos ministerios de Venezuela.
“En el juego entre los médicos que forma el gobierno con fines políticos y los que forman las universidades autónomas no hay una ley adecuada”, asegura Pachano, que considera la reforma de la ley como “un tremendo error”.
A su juicio, el “tema complejo” del ejercicio médico sin mayores controles debe vencerse con una operación conjunta entre el Estado y el gremio de la salud.