Los dos incendios que se declararon el 12 de julio al sur de Burdeos no han progresado en los dos últimos días, aunque los bomberos consideran que no están fijados, después de haber quemado ya 20.800 hectáreas de bosque de pinos.
En su cuenta de Twitter, la Prefectura (delegación del Gobierno) indica este jueves que no ha habido “cambios notables” durante la pasada noche, aunque los bomberos han tenido que tratar algunos fuegos que se han reavivado y se siguen realizando trabajos con maquinaria pesada en los perímetros de los incendios.
Durante la jornada del miércoles, a los 2.000 bomberos desplegados sobre el terreno les estuvieron apoyando desde el cielo seis hidroaviones Canadair y dos aviones bombarderos de tipo Dash.
En cuanto a las 37.000 personas evacuadas desde el comienzo de la crisis, las autoridades han avisado de que no se dan todavía las condiciones para que puedan volver a sus casas o a los cámpings de los que fueron desalojados.
“No tomaremos ningún riesgo”, ha subrayado en declaraciones a los medios el subprefecto de Arcachon, Ronan Léaustic, que hizo hincapié en que las evacuaciones preventivas han permitido que hasta ahora no haya que lamentar ninguna víctima mortal.
Está previsto que el dispositivo se evalúe de forma diaria y que la vuelta de la población se haga “sector por sector en función de la situación”, de acuerdo con el último comunicado de la Prefectura.
El fuego más devastador en términos de superficie calcinada es el de Landiras, al sureste de Burdeos, con 13.800 hectáreas y un perímetro de 66 kilómetros.
En el segundo frente, el de La Teste de Buch, en una zona muy turística del Bassin de Arcachon junto a la costa, han sido 7.000 hectáreas y más de 20.000 desalojados.
EFE