La semana pasada, un hombre de 53 años y su perro, un border collie negro llamado Saul, estaban de excursión cerca del Bosque Nacional Tahoe de California, rodeados de árboles y cañones empinados, cuando algo terrible ocurrió. El hombre cayó desde una altura de 21 metros y se rompió la cadera y varias costillas, según dijeron las autoridades. No tenía teléfono. Solo un perro a su lado.
Por Traducción libre lapatilla.com/ The New York Times
El hombre, cuyo nombre las autoridades no dieron a conocer, se arrastró por un acantilado rocoso hasta el campamento donde se había estado quedando y pudo llamar al 911 y pedir ayuda alrededor del mediodía del 13 de julio, refirió Dennis Haack, un sargento de la Oficina del Sheriff del Condado de Nevada.
Aproximadamente siete horas después, los voluntarios del grupo de búsqueda y rescate de la Oficina del Sheriff del Condado de Nevada se encontraron con Saul en el bosque. El perro saltó de un lado a otro, dio vueltas y corrió 6 metros delante de ellos, contó Haack. Entonces, Saúl volvió a mirar a los voluntarios, relató Haack, como si el perro dijera: Síganme.
“Oye, creo que este perro está tratando de llevarnos a alguna parte”, recordó Haack que dijo un voluntario por radio. “Así que vamos a seguirlo”.
Haack y otros en un puesto de mando cercano estaban desconcertados.
“No teníamos mucha fe en eso”, dijo. “Pero sí tengo mucha fe en nuestros buscadores porque son extremadamente buenos en lo que hacen”.
El equipo siguió a Saúl durante unos 180 metros y allí, tendido en un lecho de tierra y cubierto por una lona de camuflaje, estaba el hombre lastimado, adolorido pero agradecido con su fiel mascota y los voluntarios.
“Me sorprendió y me dio gusto”, dijo Haack.
El hombre, que Haack describió como alguien que vivía “un estilo de vida solitario”, fue trasladado en helicóptero a un hospital con heridas que no ponían en peligro su vida, dijeron las autoridades.
Saul, dijeron las autoridades, había actuado “verdaderamente como Lassie”.
Afirmaron que “el verdadero mérito” era para Saúl, que tiene una mancha blanca en el pecho y ojos tristes y expectantes.
El área donde el hombre había estado caminando era inaccesible para los vehículos, lo que llevó a 25 voluntarios del grupo de búsqueda y rescate de la Oficina del Sheriff del Condado de Nevada a realizar la búsqueda a pie.
Otras agencias fueron al parque y buscaron al hombre, cuyo amigo había compartido fotos de Saul con las autoridades cuando comenzó la búsqueda. Inmediatamente quedó claro para los equipos de búsqueda que Saul quería que lo siguieran, dijo Haack.
“Uno de los muchachos dijo que hizo contacto visual”, recordó.
Después de que Saul llevó al equipo de búsqueda hasta donde estaba el hombre, el collie fue llevado a una organización local sin fines de lucro que se ocupa de los animales; después se reunió con su dueño.
Las historias de rescate como la de Saul son raras, y la ciencia aún no ha determinado si los perros son capaces buscar intencionalmente a otros humanos para que estos ayuden a sus atribulados dueños.
Haack contó que, si bien él y los otros rescatistas admiraban la lealtad de Saul, creía que los buscadores enviados ese día eventualmente habrían encontrado al hombre.
Un día después de haber sido encontrado con la ayuda de Saul, el hombre estaba en el hospital y le decía a la gente que estaba desesperado por reunirse con su perro, relató Haack.
Esa tarde, el hombre recogió a Saúl, quien había pasado el día siendo acariciado y elogiado.
Y mejor aún, dijo Haack, le dieron un premio adicional digno de un buen perro: un trozo de carne seca.