Ghislaine Maxwell, la socialité de la jet-set convertida en traficante sexual convicta, fue trasladada a Florida para cumplir una sentencia de 20 años de prisión federal por ayudar al financiero Jeffrey Epstein a abusar sexualmente de niñas menores de edad, volviendo al mismo estado, pero muy lejos del estilo de vida elegante, donde cometió algunos de sus crímenes.
Maxwell, de 60 años, llegó la semana pasada a FCI Tallahassee, una prisión federal de baja seguridad en la capital de Florida, desde la cárcel federal de Brooklyn, donde había pasado los dos últimos años bajo estrecha vigilancia a la luz del suicidio de Epstein en la cárcel en 2019, dijo la Oficina Federal de Prisiones.
La adaptación puede ser difícil para Maxwell. Según explicó la consultora Holli Coulman, cofundadora de Pink Lady Prison Consultants, durante los primeros 30 días limpiará los retretes o lavará los platos antes de que se le asigne un trabajo a largo plazo, como la gestión de las nóminas o alguna labor de oficina. Coulman explicó al Daily Mail que ese trabajo será remunerado con entre 15 y 27 centavos de dólar por cada hora trabajada (aproximadamente un 2% del salario mínimo de Florida).
“No va a ser fácil para ella. Habrá mujeres que han sido maltratadas y que no la querrán en absoluto por sus delitos. La prisión le asignará su mejor personal y la pondrá con una mujer mayor que no tenga problemas”, indicó la consultora. Por ello, dijo que podría convertirse en un objetivo para otras reclusas y le recomendó que actúe con humildad sin quejarse. Hasta ahora, sus abogados habían presentado múltiples reclamos por sus condiciones carcelarias.
En tanto, Justin Paperny, fundador de White Collar Advice, dijo al Daily Mail que su principal consejo a Maxwell fue que tuviera “cuidado con la formación de amistades”. Pero destacó que la prisión de Tallahassee “le parecerá Disney” comparado con lo que vivía en Nueva York.
El nuevo hogar de Maxwell, FCI Tallahassee, está a unos 580 kilómetros de la mansión de Epstein, ya demolida, en la lujosa Palm Beach, donde los fiscales dicen que se produjeron algunos de los abusos.
La prisión, inaugurada en 1938, tiene unos 820 reclusos y reclusas. Según un manual para reclusos, las personas encerradas en el centro tienen acceso a una amplia gama de clases y actividades, como pintura, cuero, arte y cerámica, instrumentos musicales, deportes de equipo como softball, baloncesto y vóley.
La prisión también ofrece yoga, pilates, películas y un espectáculo de talentos para reclusos, según la empresa de consultoría penitenciaria Zoukis Consulting Group.
Maxwell se une a una corta lista de personas notables que han cumplido condena en FCI Tallahassee, incluyendo a Maria Butina, la agente secreta rusa que trató de infiltrarse en grupos políticos conservadores de Estados Unidos, y Colleen LaRose, conocida como “Jihad Jane” por proporcionar apoyo material a terroristas. Butina fue liberada en 2019 y deportada a Rusia. LaRose fue liberada en 2018.
Al igual que muchas prisiones federales, como ha informado AP, FCI Tallahassee ha tenido su cuota de empleados que cometen delitos en los últimos años – incluyendo el abuso sexual de los reclusos.
En marzo, el ex especialista en recreación de FCI Tallahassee Jimmy Lee Highsmith fue condenado a cuatro años de prisión por abusar sexualmente de un recluso entre marzo de 2014 y septiembre de 2018. En agosto de 2021, el ex capataz del servicio de alimentos de FCI Tallahassee, Phillip Golightly, fue condenado a dos años de prisión por abusar sexualmente de un recluso en noviembre de 2019.
En 2006, un oficial correccional y un agente federal murieron en un tiroteo en los terrenos de la prisión. El oficial abrió fuego cuando los agentes intentaban arrestarlo a él y a varios otros oficiales acusados de haber dado contrabando a reclusas a cambio de sexo, dijeron las autoridades.
No estaba claro si Maxwell sería mantenida en un alojamiento restrictivo o bajo otras precauciones especiales, dada su notoriedad y las preocupaciones de larga data sobre su bienestar tras las rejas.
Maxwell, que fue condenada en diciembre pasado en Manhattan y sentenciada en junio, se quejó repetidamente del trato que recibía en el Centro de Detención Metropolitano de Brooklyn, su hogar desde su arresto en julio de 2020.
Maxwell y sus abogados se quejaron de que los funcionarios de la cárcel hacían brillar una luz en su celda cada 15 minutos, interrumpiendo su sueño, y sometiéndola a cientos de registros y cacheos. También afirmó que un guardia del centro de Brooklyn abusó físicamente de ella y que fue castigada por quejarse de ello.
Maxwell, que en su día se relacionó con miembros de la realeza, presidentes y multimillonarios como hija de un magnate editorial británico, fue condenada por atraer a chicas adolescentes para que Epstein abusara de ellas.
En su juicio, que duró un mes, se presentaron sórdidos relatos de la explotación sexual de niñas de hasta 14 años, contados por cuatro mujeres que describieron haber sido abusadas cuando eran adolescentes en la década de 1990 y principios de la de 2000 en las casas palaciegas de Epstein en Florida, Nueva York y Nuevo México.
Con información de AP