La inflación en España volvió a subir en julio hasta situarse en el 10,8 % en tasa anual, por el alza de alimentos, electricidad y vestido y calzado, marcando su nivel más alto desde septiembre de 1984, según el indicador adelantado publicado este viernes por el Instituto Nacional de Estadística (INE).
De confirmarse este dato el próximo 12 de agosto, supondría un aumento de la inflación de seis décimas, ya que en el mes de junio esta variación fue del 10,2 %, y marcaría la tasa más elevada en casi 38 años.
Esta evolución se ha debido al encarecimiento de los alimentos y bebidas no alcohólicas y de la electricidad (que se abarató hace un año), así como a las menores rebajas de vestido y calzado, y todo ello pese al descenso de los precios de los carburantes.
Fuentes del Ministerio español de Economía consideran que la inflación “es un fenómeno global y una de las principales consecuencias de las tensiones geopolíticas”, que están generando “un incremento continuado de los precios de la energía, especialmente del gas, y también de los alimentos”.
La inflación mantiene la senda alcista que comenzó en marzo de 2021 y que solo quedó interrumpida en enero, cuando se moderó 4 décimas hasta el 6,1 %, y en el mes de abril, cuando bajó un punto y medio, hasta el 8,3 %.
Una vez eliminados los elementos más volátiles de la cesta de la compra, la inflación subyacente se situó en el 6,1 %, también seis décimas por encima del dato de junio.
De confirmarse esta cifra, sería la más alta desde enero de 1993, apunta el INE.
En cuanto a la evolución mensual, los precios de consumo bajaron el 0,2 % respecto a junio, según este indicador adelantado.
El índice de Precios de Consumo Armonizado (IPCA), que permite hacer comparaciones con otros países europeos) se sitúa en el 10,8 %, ocho décimas superior a la registrada el mes anterior. En tasa mensual, su variación es del – 0,5 %.
Crecimiento en la economía
La economía española se expandió un 1,1% en el segundo trimestre respecto a los tres primeros meses de 2022, superando las estimaciones de los analistas gracias a la fuerte demanda de bienes y servicios del país en el extranjero, según mostraron el viernes los datos preliminares.
Los analistas encuestados por Reuters esperaban que el producto interior bruto (PIB) creciera un 0,4% trimestral. En términos anuales, la producción se expandió un 6,3%, frente al 5,5% previsto.
El aumento de la demanda exterior compensó la ralentización de la demanda interna, según el Instituto Nacional de Estadística. Los servicios, que representan aproximadamente la mitad del PIB del país, se expandieron más rápido que la industria y la construcción gracias a la recuperación postpandémica del turismo y al levantamiento de todas las restricciones a los eventos públicos.
El martes, el Gobierno español mantuvo su previsión de crecimiento económico para 2022 en el 4,3%, citando una fuerte temporada turística, pero rebajó el objetivo de crecimiento para 2023 al 2,7%, ya que es probable que la guerra en Ucrania siga pesando sobre las economías europeas.
El Fondo Monetario Internacional, sin embargo, ha rebajado su previsión del PIB español para este año al 4%.
La economía española ha crecido un 0,2% en el primer trimestre de 2022, lo que supone una ralentización respecto a la tasa de crecimiento del 2,2% de los últimos tres meses de 2021.