Proyecto Sotalia: al rescate de los mamíferos acuáticos en Venezuela

Proyecto Sotalia: al rescate de los mamíferos acuáticos en Venezuela

Inia geoffrensis. Foto: @proyectosotalia / Instagram

 

 

Como ocurre con infinidad de tesoros de nuestra fauna y flora venezolana, los mamíferos acuáticos se encuentran en riesgo considerable. Principalmente las especies de manatíes, las toninas del Lago de Maracaibo y los delfines rosados del río Orinoco. Por este motivo, un equipo de profesionales de diversos campos se unió con un claro objetivo: investigar, educar y difundir todo lo necesario para concebir cambios efectivos que permitan la conservación de tales ejemplares. Dicha iniciativa fue nombrada como Proyecto Sotalia y cuenta con varios años de experiencia en esta loable tarea.

A continuación, su directora, Yurasi Briceño, nos comentará todos los detalles detrás de la conservación de nuestros cetáceos.

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¿CUÁNTO TIEMPO LLEVAN DEDICÁNDOSE A LA CONSERVACIÓN DE MAMÍFEROS ACUÁTICOS EN VENEZUELA?

En 2005 comencé las pasantías universitarias en el centro de investigación de cetáceos de la isla de Margarita. Desde ese entonces me dediqué a la formación y capacitación en el estudio de este grupo y he dirigido todas mis investigaciones y trabajos de grado con ellos. Mi tesis de licenciatura la realicé con la especie de delfín común que está justamente en la región insular. En total, llevo más de una década dedicada a este grupo.

¿POR QUÉ LOS MAMÍFEROS ACUÁTICOS?

Siempre me habían llamado la atención los mamíferos acuáticos y quería trabajar con delfines. “Era un gusto que tenía, me apasionaba ver a esos seres en el agua, me maravillaban. Comencé a conocer más a las toninas, que es la especie que tenemos en el lago de Maracaibo y eso me llamó muchísimo la atención.

Me parecen unos seres muy inteligentes, con comportamientos sociales muy agradables. Eso fue lo que desencadenó que quisiera seguir estudiando. En la medida que fui ahondando en este mundo, me maravillé mucho más. Una vez que regresé de esas pasantías, estaba totalmente segura que a eso era a lo que quería dedicarme, quería seguir trabajando con cetáceos y mamíferos acuáticos el resto de lo que quedaba de mi carrera.

¿CÓMO ARRANCÓ EL PROYECTO SOTALIA?

Una vez que termino mi licenciatura e inicio el doctorado en el Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas (Ivic). Pese a que soy del Zulia, soy de Maracaibo, y crecí al lado del lago, por un buen tiempo me di cuenta que no sabía mucho de esta especie, del delfín que tenemos en esa zona. Y no era solo yo, en mi entorno social e incluso en mi entorno educativo se desconocía muchísimo de esta especie. Investigando un poco más supe que se trataba de una población muy vulnerable, sometida a muchas presiones antrópicas.

Al avanzar los años, decidí enfocar mis investigaciones en este grupo de cetáceos que están en el lago. Le coloqué el nombre de Proyecto Sotalia en honor a esta especie que tiene un comportamiento muy particular porque es capaz de habitar en agua dulce, agua salada y agua salobre, debido a que en el lago tenemos básicamente estos tres tipos de agua desde el sur hasta el norte.

En el 2016 inicié esta iniciativa con tres aristas principales: la investigación; la educación en conjunto con la conservación; y la difusión.

¿CUÁLES SON LAS ESPECIES MÁS DESTACADAS DE MAMÍFEROS ACUÁTICOS EN VENEZUELA?

No hay una especia más destacada que otra, todas son muy complejas, todas tienen algo sumamente interesante, algo que nos maravilla. Pero a lo que sí podemos darle relevancia es que tenemos en nuestras aguas al delfín de río más grande del mundo, la tonina del Orinoco, un ítem muy importante. Una especie que es endémica de la costa atlántica.

¿EN CUÁLES REGIONES DE VENEZUELA PODEMOS ENCONTRAR TONINAS?

El término tonina se acuñó desde la colonización, cuando los españoles entraron por el delta del Orinoco y vieron a estos grandes delfines rosados y se les asemejó mucho a grandes peces marinos que habían visto, a los que ellos denominan “toñiña”. Este vocablo fue adaptado por los locales y se le aplicó a la especie que tenemos en el Orinoco y, de igual manera, los pobladores que tenemos en el lago de Maracaibo también le dicen tonina al delfín de la zona. Hay una concepción generalizada de que estas especies de agua dulce son toninas y tratan de separarlas de un verdadero delfín, pero lo cierto es que ambas son delfines.

Todo el sistema del lago de Maracaibo y también en los primeros 800 kilómetros del río Orinoco, en su cauce principal. Hay unas poblaciones muy pequeñas identificadas en Sucre y algunas observaciones en Falcón.

El delfín rosado, por su parte, lo podemos conseguir en muchísimos ríos de la cuenca del Orinoco.

¿LOS MAMÍFEROS ACUÁTICOS DE RÍO TAMBIÉN DESEMBOCAN EN EL OCÉANO?

Solo la tonina del Lago (Sotalia guianensis) y el manatí (Trichechus manatus) pueden estar presentes en río y zonas costeras. Por ejemplo, la tonina del Orinoco (Inia geoffrensis) es un delfín estricto de agua dulce.

¿CÓMO AYUDA EL PROYECTO SOTALIA A LA CONSERVACIÓN DE MAMÍFEROS ACUÁTICOS?

Nosotros desde el proyecto realizamos investigación de línea base esencial para poder luego hacer proyecto de conservación, es decir, levantamos datos sobre tamaño de las poblaciones proponemos estrategias para mitigar

También evaluamos la distribución de las especies, dónde se encuentran y cuáles son las poblaciones más vulnerables, así como otros parámetros biológicos y ecológicos qué sirven de pilar para nuevos proyectos. Toda esta información incrementa el conocimiento sobre las especies y sirve para tomar decisiones.

Todos estos proyectos de línea base siempre están acompañados de educación. A cada poblado donde vamos tratamos de difundir información no solo de lo que estamos haciendo en ese momento, sino además de la importancia del por qué, del valor de estas especies y por qué es necesario conservarlas. Para ello nos apoyamos en material didáctico que son infografías, desarrollamos cuentos, o cualquier otro material que la comunidad de pronto nos pida. Muchas veces ellos desconocen sobre estas especies a pesar de que conviven con ellas. Lo que hacemos es trabajar con ellos para aumentar su conocimiento y, a la vez, retroalimentarnos de los saberes que ellos tienen. La educación es el pilar de la conservación, investigar y educar. Si no integras a la comunidad donde estás investigando, es poco probable que un proyecto de conservación sea fructífero.

¿CUÁNTAS PERSONAS COMPONEN EL PROYECTO SOTALIA?

Somos cinco personas que siempre estamos activas, entre biólogos; una orientadora con un doctorado en educación, quien nos ayuda a hacer los cuestionarios, todo lo que tiene que ver con la parte sociológica; y veterinarios que consultamos.

Sin embargo, a pesar que parecer que somos pocas personas, en cada centro, en cada región tenemos enlaces comunitarios con los que también trabajamos y además pertenecemos a redes internacionales con expertos en el área de delfines de río y de cetáceos en general con los que constantemente nos asesoramos para el diseño de proyectos, la elaboración de estrategias de conservación. Digamos que somos un equipo bastante amplio y diverso que se compone de elementos multidisciplinarios tanto del aspecto social, humanístico, que es sumamente importante, como del científico.

Como representante del Proyecto Sotalia y también de Venezuela, soy parte a la vez de la Iniciativa Sudamericana de Delfines de Río (Sardi, por sus siglas en inglés). Entre los cinco países que la conforman proponemos estrategias para la protección de estas especies.

¿HAN EFECTUADO RESCATES DE MAMÍFEROS ACUÁTICOS EN SITUACIÓN VULNERABLE?

Hemos hecho algunos rescates con la especie del lago de Maracaibo. De hecho, en el 2008, tres individuos ingresaron por la boca del río Escalante y subieron casi 40 kilómetros río arriba y en el poblado de Santa Bárbara se podían ver desde el puente. Cuando vimos a los animales allí, supimos que se trataba de un varamiento porque, en el pasado ellos ingresaban a ese río cuando tenía un buen caudal y salubridad y peces que ofrecer, pero en ese momento no ofrecía ni siquiera las condiciones mínimas para que permanecieran en el lugar. Quizás entraron persiguiendo algún banco de peces y quedaron atrapados donde el río empezaba a bajar su caudal, donde montículos de arena no les permitían atravesarlo. Se hizo un rescate de estos individuos y fueron desplazados de nuevo hacia el lago de Maracaibo. Duró dos días, la intención iniciar era capturarlos y llevarlos a la desembocadura, pero esto no fue posible, así que se ‘arriaron’ los animales con unas embarcaciones.

¿SON FRECUENTES LOS REPORTES DE CACERÍA DE MAMÍFEROS ACUÁTICOS?

El mayor conflicto es con la tonina del lago y con el manatí, hay cacería incluso dirigida en la que se aprovecha para el consumo la carne de estas dos especies.

Con respecto a la tonina del Orinoco, estudios recientes indicaron que también fue bastante capturada para otro propósito, usarla como cebo para atraer a un bagre carroñero. Al delfín le cortan su musculatura en pedazos y lo sumergían en el agua, los peces que devoran la carne putrefacta se acercaban y el pescador sacaba el trozo de carne con los peces pegados a ella. Esta especie de pez no se consume en Venezuela pero sí es muy demandada en Colombia, entonces mucha de la captura era vendida en los mercados costeros fronterizos con Colombia. Esta es una de las principales amenazas en toda su área de distribución. En Brasil han cazado a muchos animales con este mismo propósito.

Por eso en 2017 Colombia prohibió la venta de este pez, comúnmente conocido como zamurito o mapurite, por demostrarse que tenía alto contenido de mercurio en su organismo, y fue también una estrategia para indirectamente frenar la matanza de delfines. Sin embargo, años después hicimos un recorrido en la cuenca del Orinoco y descubrimos que esporádicamente están capturando algunos delfines y que, por rutas de mercado negro, se siguen vendiendo estos peces en algunos puertos.

¿QUÉ ANÉCDOTAS TE HAN CONMOVIDO MÁS DURANTE TU TRABAJO?

Una de las anécdotas más bonitas que tenemos es esa del rescate, porque en ese momento fue posible integrar a muchas personas, toda la comunidad se activó, participaron distintas organizaciones como los bomberos, la alcaldía, la gobernación, representantes de los ministerios ambientales. Había mucha emoción y fue oportuno ese evento para explicar sobre la especie, hicimos un taller mientras se efectuaba el rescate, porque duró dos días.

Otra de las cosas que más nos ha gustado en el sur del lago es que gente que los capturó incidentalmente o que antes eran cazadores, hoy son grandes aliados para nosotros que mas bien nos notifican cuando hay un problema con algún delfín y tratan de rescatarlo.

Es reconfortante saber que poco a poco logramos que las poblaciones cambien su conducta y se dediquen a la conservación.

Hace poco nos conseguimos con un grupo de pescadoras en un área donde se observan manatíes en el lago de Maracaibo y nuestra sorpresa fue que, al trabajar con mujeres dedicadas a este arte, tenían muchísimos conocimientos sobre los manatíes. Hasta el día de hoy son quienes nos hacen los reportes, llevan un libro de las observaciones diarias y del comportamiento, y nos informan sobre esta población remanente que logramos ubicar de una especie que es tan críticamente amenazada como el manatí.

¿CUÁL ES LA MAYOR DIFICULTAD QUE SE HAN ENCONTRADO?

A veces es un poco complejo conseguir permisos por parte del Ministerio de Ecosocialismo, o por parte de Inparques, para realizar los trabajos. Todas las especies de mamíferos acuáticos están protegidas en Venezuela y, en ciertas áreas, necesitamos una permisología para la investigación. Entre introducir los papeles y esperar la respuesta pueden pasar meses.

Trabajar en embarcaciones demanda mucho combustible y en algunas áreas es más complicado que en otras conseguirlo. A veces pagamos un precio elevado por él para hacer nuestro trabajo.

Uno de nuestros mayores retos es que tanto en los organismos ambientales como en la población en general hay mucho desconocimiento sobre los mamíferos acuáticos. Se ignora cuántos tenemos, como se distribuyen, la importancia que tienen, no solo si son llamativas, sino también qué hacen en su ecosistema.

Por ejemplo, en los colegios de las poblaciones costeras del lago, al igual que en colegios cercanos a los ríos de toda Venezuela, no hay información disponible suficiente para que tanto maestros y niños puedan conocer a estas especies. Por eso, muchas veces comenzamos por esa parte, participación comunitaria, formación, capacitación y discusiones que lo relacionen más con el trabajo que hacemos.

¿QUÉ DEBE HACER EL ESTADO VENEZOLANO PARA PRESERVARLOS?

En 2017 se publicó por primera vez el plan de acción para la conservación de mamíferos acuáticos en Venezuela. Allí se incluyeron cinco especies por ser las más vulnerables: la tonina del lago, la tonina del Orinoco, el manatí, y las dos nutrias que viven en nuestro país. Una de las primeras acciones que deberían hacer los entes en materia gubernamental es acoger este plan de acción, Allí se estipularon las primeras acciones, los objetivos y las metas en los siguientes diez años, es decir, hasta el 2027, que se deberían cumplir para avanzar en la protección de estas especies. Si tan solo se integraran al plan y lo hicieran parte de su agenda, esto sería fabuloso, porque no tendrían ni siquiera que empezar desde cero, ya la evaluación está allí, ya los datos que se tienen de las especies están plasmados y sería un extraordinario comienzo.

Respecto al resto de especies que tenemos, valdría la pena que se hicieran más talleres y que ellos también se documentaran sobre cuáles deben ser atendidas próximamente. Promover desde sus ministerios la investigación, llevar al día la base de datos de todos los varamientos y tratar de consolidar de manera efectiva redes de atención de varamientos, muy importantes para poder ayudar a estas especies. Incluso el Ministerio de Educación podría participar para incluir programas que hablen tanto de los mamíferos acuáticos como de toda la vida silvestre.

También el Estado venezolano debe velar que otras leyes vigentes se cumplan, como la Ley de Agua, y garantizar que todos los residuos de aguas domésticas e industriales cuenten con el debido tratamiento. Se deberían hacer análisis de todo el asunto relacionado al mercurio en río Orinoco. Se debería hacer un llamado urgente a la atención de los derrames de petróleo en el lago de Maracaibo y otros más recientes en Falcón. Todos los derrames de crudo son súper contaminantes y es responsabilidad de la empresa venezolana estatal atender estos accidentes de manera oportuna. Y seguir adelante con programas de remediación y restablecer al menos un poco las condiciones previas al derrame. Sabemos que nunca van a volver a ser prístinas, no pueden regresar a su estado original, pero sí sanear las áreas de afectación en la medida de lo posible.

Es mucho lo que el Estado puede hacer.

¿QUÉ DEBE HACER LA POBLACIÓN EN GENERAL?

Tenemos mucho por hacer que es muy bueno. Primero, disminuir en consumo de plásticos, eso aplica para todos, porque muchas veces las poblaciones costeras se alimentan de los peces y los consumen ya contaminados por microplásticos.

Nunca deben dejar de insistir en que estos ecosistemas sean saneados y que exista salubridad en ellos. Los derrames y las afectaciones nunca deben dejar de ser denunciados. Siempre debemos ser agentes multiplicadores y de protesta y exigencia ante los gobiernos para que nos mantengan nuestros ecosistemas saludables, es el agua, no es una tontería.

Algo muy importante que siempre traro de comunicar: lean, traten de informarse un poco más, cuáles son sus delfines, qué especies tienen cerca, y cultívenlo en sus niños, edúquenlos sobre la fauna que los rodea, qué valor tiene. Apoyen no solo nuestra iniciativa, sino a muchas que también están haciendo mejoras para los ecosistemas. Cultivar el amor por la Naturaleza es de lo más valioso que le puedes enseñar a un niño. Como ciudadanía, debemos involucrarnos un poco más.

¿ES NECESARIA LA COOPERACIÓN CON OTROS PAÍSES PARA PRESERVARLOS?

En el caso de los delfines de río sí es importante la colaboración con otros países, sobre todo con Brasil y Colombia, porque con ellos compartimos áreas geográficas y afluentes, como en el caso del río Arauca. Entonces, la protección de estas especies se vuelve transfronteriza, no solamente nos corresponde a los venezolanos porque estos animales no conocen barreras dentro del río, así que la colaboración es importantísima.

Además, respecto al resto de especies, muchos países han tenido todo tipo de avances y otro tipo de experiencias en proyectos de conservación y han aplicado otras tecnologías que quizás aquí no. Es crucial compartir esfuerzos para replicar aquellos que hayan dado buenos resultados. En Sardi siempre tenemos reuniones en las que, en conjunto, decidimos estrategias y acciones para aplicar en los distintos países en los que han funcionado. Esto ha sido algo extraordinario, las malas experiencias son compartidas y las buenas también.

¿CARECEMOS DE SUFICIENTES RECURSOS TECNOLÓGICOS EN ESTA LUCHA?

De cierta manera sí. Muchos países están aplicando marcadores satelitales para darle seguimiento a los delfines, aplican drones para seguirlos cuando los especialistas están en campo. Lamentablemente, por algunas restricciones del país, o porque se hace muy difícil conseguir los permisos, esto no ha sido posible.

Por ejemplo, para marcar a los delfines, necesitamos sacar al animal unos minutos del agua con redes y de forma muy prudente, con técnicas probadas para no afectarlo, colocar el marcador satelital y volver a liberarlo. Por eso a veces es muy difícil obtener un permiso para llevarlo a cabo en el país. Esperamos que pronto eso cambie, seguro dialogando con las autoridades ambientales vamos a lograrlo, porque se ha demostrado que es una herramienta extremadamente valiosa para la comprensión. Es muy difícil y se tarda mucho más entender cómo se desplaza un delfín en varios ríos para definir las áreas vulnerables. Un marcador satelital nos da reportes de los movimientos de los animales por meses y entonces tenemos un panorama mucho más amplio de dónde debemos enfocar esfuerzos.

Por su parte, los drones han comprobado que nos permiten comprender más la ecología de las especies, tener una evaluación desde una vista cenital, desde las alturas. Que no podemos tener desde una embarcación.

 

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