Nuevo horizonte y nuevos desafíos: a sus 30 años y después de ocho temporadas en Inglaterra, las seis últimas en el Liverpool, el senegalés Sadio Mané se lanza a una nueva aventura en Múnich, donde deberá hacer olvidar a Robert Lewandowski.
Alrededor de la Säbener Strasse, las camisetas con el número 17 y el apellido “Mané” son de largo las más numerosas y visibles sobre las espaldas de los jóvenes aficionados del Bayern, que se agolpan delante de las verjas del campo de entrenamiento para vigilar la salida de los jugadores después de la sesión matinal de entrenamiento.
Durante su primera aparición en los entrenamientos, a inicios de julio, los aficionados más atléticos escalaron incluso los árboles de los aledaños para ver a la nueva estrella del Bayern y de la Bundesliga, campeonato que perdió en pocas semanas a sus dos estrellas, con el polaco Lewandowski poniendo rumbo al FC Barcelona, y el noruego Erling Haaland que cambió el amarillo del Borussia Dortmund por el ‘sky blue’ del Manchester City.
En la portada de la revista del Bayern para el mes de agosto, aparece de nuevo Mané con un titular: “Una promesa”, que indica que las miradas estarán fijas en el mejor jugador africano de los años 2019 y 2022 (la distinción no fue entregada en 2020 y 2021).
En lo que a él respecta, Mané no reivindica su estatus de estrella del fútbol mundial. “La gente dice eso de mí, pero no me veo como una estrella mundial. Yo sólo tengo ganas de formar parte de este equipo”, explica Mané de manera modesta.
“Es el colectivo lo que cuenta, no el individuo. Es lo que hace tan especial al Bayern. Puedo identificarme fácilmente con esa identidad, porque estoy convencido de que es el camino hacia el éxito”, precisa el atacante
– “Ir al límite” –
Para el internacional senegalés, campeón de la Copa África de Naciones en 2022, el color de la camiseta apenas ha cambiado, siendo el rojo el dominante tanto en Liverpool como en Múnich. Sin embargo, el entorno es diferente, cambiando la rivera del río Mersey por el perfil de los Alpes dibujado en el horizonte de la ciudad bávara.
Con su firma por el Bayern, Mané ha encontrado un equipo tan ambicioso como el Liverpool, campeón de la Liga de Campeones en 2019 y finalista en 2018 y 2019. La eliminación de los alemanes en cuartos de final de la pasada edición contra el Villarreal está lejos de ser suficiente para el Bayern.
“Quiero ir al límite por mis compañeros: anotar goles, dar asistencias, ganar partidos”, confiesa Mané, uno de los jugadores de alto nivel más experimentados de la plantilla de Julian Nagelsmann.
“Me gustaría aportar al equipo toda mi experiencia y reforzarla para que alcancemos todos los objetivos que nos hemos fijado. Por mi experiencia, sé cómo reaccionar ante esta presión. Para mí, las expectativas son una motivación que me empujan”, añade.
Al frente del ataque muniqués, reemplazar a la máquina goleadora que ha sido Robert Lewandowski (cerca de 350 goles durante 8 temporadas) no será fácil para Mané. Pero el ataque del equipo bávaro cuenta con fuerza suficiente como para apoyar al senegalés, que no ha tardado en entenderse con Jamal Musiala, Kinglsey Coman, Thomas Müller, Serge Gnabry o Leroy Sané.
En su debut en partido oficial, ya ha participado en la conquista del primer trofeo de la temporada. El pasado sábado, anotó uno de los cinco goles en la victoria del Bayern contra el Leipzig (5-3) en la Supercopa de Alemania.
Su estreno en Bundesliga del viernes (18h30 GMT) en casa del Eintracht Fráncfort será el primer paso de Mané para liberarse lo antes posible de la sombra de Lewandowski y comenzar a escribir su propia historia en el club alemán. AFP