La posesión del primer presidente de izquierda de la historia reciente de Colombia tiene que ser, a petición del propio Gustavo Petro, una “fiesta popular”. Por eso, los planes que había en marcha para que fuese una ceremonia protocolaria, similar a la de los otros presidentes, cambiaron abruptamente durante las últimas semanas.
Por Semana
En primer lugar, las protagonistas no serán las casi 40.000 personas que pueden llegar a la Plaza de Bolívar, en el centro de Bogotá, sino las miles y miles que esperan concentrarse en los alrededores y en otras regiones. En segundo lugar, a Petro le gustan los simbolismos. Por eso, pidió que la espada original de Simón Bolívar, que en su momento se robó el M-19, grupo guerrillero al que perteneció el nuevo presidente, esté presente en una urna durante la posesión para que los colombianos la observen de cerca.
Hoy, la espada permanece custodiada en la Casa de Nariño. Al nuevo presidente le advirtieron sobre los riesgos de sacarla a la plaza, incluyendo razones de seguridad, pero él insistió en hacerlo. La pieza histórica estará expuesta en la urna y vigilada de cerca por la Policía.
Este 7 de agosto, Petro lucirá traje de paño y Verónica Alcocer, la primera dama, un vestido de Diego Guarnizo, un diseñador y productor colombiano. Como es habitual, la familia presidencial partirá caminando del Palacio de San Carlos, la sede de la Cancillería, a las 3 de la tarde. Un grupo de tamboreros les harán una calle de honor hasta la Plaza de Bolívar, donde los estarán esperando los miembros del cuerpo diplomático acreditado en Colombia. Bailarines amenizarán la ruta por donde también pasará la vicepresidenta Francia Márquez y su familia.
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