La comisaria para la Infancia de Inglaterra expresó el lunes su preocupación ante la magnitud de registros a menores por parte de la policía de Londres en los que se les obligó a desnudarse: 650 en dos años y, en su mayoría, adolescentes negros.
Tras el revuelo creado por el caso en 2020 de una chica negra de 15 años a la que se obligó a desnudarse durante un registro, la “Children’s Commissioner”, Rachel de Souza, encargada de defender los derechos de la infancia, solicitó a Scotland Yard las estadísticas sobre este tipo de actuación policial.
Según cifras hechas públicas el lunes, entre 2018 y 2020 unos 650 jóvenes de entre 10 y 17 años fueron sometidos a esta forma de registro corporal. El 58% de los menores fueron descritos por los agentes como negros y más del 95%, varones.
En el 23% de los casos, además, el registro se produjo sin otro adulto presente tal y como es exigido por la ley, salvo urgencia.
Más de la mitad de los registros no condujeron a la apertura de causa judicial, lo que lleva a la comisaria a considerar que quizá “no estaban justificados ni eran necesarios en todos los casos”.
Rachel de Souza dijo estar “profundamente conmocionada” por el “número de niños sometidos” cada año a esta práctica intrusiva y traumatizante”, y se mostró “profundamente preocupada” por la disparidad étnica exhibida.
En respuesta, la policía de Londres dijo que estaba “avanzando rápidamente en su trabajo” para garantizar que “los niños que están sujetos a estas prácticas intrusivas sean tratados de manera adecuada y respetuosa”, y destacó los cambios ya realizados.
La polémica surgió en Reino Unido tras el cacheo a una adolescente negra en la enfermería de su colegio en 2020. Dos mujeres policías la registraron sin la presencia de un tercer adulto y mientras la menor tenía la regla.
El cacheo se efectuó por creer, erróneamente, que ocultaba cannabis. La joven quedó profundamente traumatizada por este episodio, que dio origen a varias manifestaciones.
Un informe de los Servicios de Protección de la Infancia concluyó en marzo que tal registro “nunca” debió producirse y que “el racismo (deliberado o no) fue probablemente un factor que influyó en la decisión” de llevarlo a cabo.
En el último periodo, la policía londinense, que contaba con un importante apoyo social, se ha visto sacudida por varios sonados escándalos que han desembocado en una crisis de confianza y en la dimisión de su jefa, Cressida Dick, sustituida por el exjefe de la policía antiterrorista británica Marc Rowley.
AFP